«Gran Hermano 17»: Miguel se rapa el pelo para acabar con sus complejos

El concursante gallego, que ha experimentado un gran cambio de look en la casa de Guadalix, aprovechó que sus compañeros dormían para afeitarse la cabeza


Miguel Vilas, el concursante gallego de Gran Hermano 17, es uno de los firmes candidatos a llevarse el maletín de los 300.000 euros, ya que va resistiendo semana a semana y se ha colado ya en la recta final del concurso. Pero lo que seguro se llevará a casa es un gran cambio a nivel físico.

Entró siendo un chico de mentira, y saldrá siendo él mismo. En el vídeo de presentación ya mostró a la audiencia su verdadero aspecto, pero la ocultó tras un peluquín hasta que se sintió con fuerzas para mostrarles su imagen real al resto de los compañeros.

La misión de Miguel al principio de Gran Hermano era ocultar que llevaba una prótesis capilar. Poco a poco, a medida que se descubrían los secretos de los otros concursantes, el reveló el suyo a algunos de los participantes. Pero no fue hasta la precipitada salida de Bárbara de la casa, debido al grave estado de salud de su padre (murió a los pocos días), cuando reunió fuerzas para quitarse el peluquín ante el resto de sus compañeros. «Miguel libérate», le aconsejaba.

 

«Para mí esto era mi meta personal, no vine aquí a ganar, este es mi premio personal. Si ahora me voy lo haré contento de que sepáis con quién habláis», proseguía. Sus compañeros le apoyaron y se fundieron en un gran abrazo con él y Rodri incluso le besó la calva.

Ahora, ha dado un paso más: se ha rapado la cabeza. Todo surgió de una manera espontánea ya que Rodrigo se mostraba disgustado por sus rizos y proponía a Alain raparse el pelo. Pero fue Miguel el que, aprovechando que sus compañeros dormían, se atrevió a pasarse la maquinilla y dejar su pelo casi al cero. «¡Soy libre!», afirmaba. La cara de sus compañeros ha sido un auténtico poema, al ver la cabeza de Miguel rapada.

De su salida del armario a quitarse el peluquín

La evolución de Miguel en Gran Hermano le coloca como uno de los que optan a convertirse en uno de los posibles ganadores de esta edición, si consigue además el favor de la audiencia, muy crítica desde las sospechas de tongo que saltaron la pasada semana tras las solo tres llamadas que decantaron la expulsión de Clara.

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El concursante gallego se ha revelado con una de las principales cajas de sorpresas del programa. Su declaración de amor a Pol o su pasado oculto, entre el que podría estar una relación con Markus, de Quién quiere casarse con mi hijo, han dado cierta vidilla a un programa que no pasa por su mejor momento tras el cambio de presentador

La madre de Miguel Vilas reveló hace unas semanas a través de una intervención telefónica durante el Debate de Gran Hermano que desconocía que su hijo «era calvo y bisexual».

El concursante gallego mostró en el confesionario sus miedos a cómo estaría viviendo su familia su paso por la casa: «me imagino que mi madre estará tan avergonzada de mí, tiene que ser tan duro, tan horroroso», explicaba. Y añadía que probablemente a su familia «no les gusta nada de lo que hago, pero necesitaba explotar que y la gente supiese quién era realmente».

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El gallego seguía imaginándose a su madre «mirando la televisión y al segundo día apagarla». Describía a los suyos como «la gente más humilde que te puedas imaginar», pero «muy cerrada». «Me tiene que haber desheredado», explicaba. Además añadía que su madre, «es poli, es supermaja y la gente del mi pueblo la estará ridiculizando». Aseguraba que «ahora te das cuenta de la importancia de una madre». Además les explicaba a sus compañeros que «soy de pueblo, no de ciudad» y decía que su madre probablemente no estuviese viendo en su comportamiento «los valores que ella me inculcó». 

Tras estas declaraciones Loli, policía local en O Grove, entró en directo para apoyar públicamente a su hijo. «Mi pueblo es un lugar maravillo», afirmaba, y proseguía aseverando que «estoy súper orgullosa de él, todo lo que haga lo voy apoyar».

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Jordi González le preguntaba con asombro si no era conocedora de la verderadera imagen de su hijo ni de su condición sexual. «Lo del pelo no lo sabía. Miguel viene una vez al año a Galicia y siempre está cambiando de peinado», explicaba.

En el tema de la bisexualidad, pese a la incredulidad del presentador, que reiteró que «hay cosas que una madre sabe», afirmó que lo desconocía también. «No sabía tampoco lo de su bisexualidad porque siempre lo he visto acompañado por chicas. Me ha sorprendido muchísimo». Eso sí, insistía en que se sentía muy orgullosa «de él y ha sido muy valiente».

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