La boda de Meghan Markle y el príncipe Harry que ha terminado por convertirse en un evento a nivel mundial que ha traspasado las fronteras del Reino Unido a todo el mundo. Y todo pese a que el príncipe Harry tiene pocas (o casi ninguna posibilidad de convertirse en rey algún día). Es sexto en la línea de sucesión y por delante tiene a su padre, el príncipe Carlos de 69 años, y a su hermano mayor, el príncipe Guillermo y a sus tres hijos, Jorge, Carlota y Luis. Para que Harry pudiese optar a heredar la corona británica tendrían que darse una serie de catastróficas desgracias, no imposibles, pero sí poco probables. Aún así, los hijos de la malograda Diana de Gales y el príncipe Carlos siempre han despertado gran interés y en esta ocasión, en enlace del príncipe Harry no ha sido menos.

La imagen hace más dos décadas en la que el príncipe Harry, con solo 13 años (acompañando el séquito fúnebre junto a su hermano, su padre, su tío y su abuelo) enterneció a medio mundo por la imagen desvalida, mirando al suelo y sin parecer entender nada de lo que realmente estaba ocurriendo allí del adolescente. Sobre la tumba de la princesa, aquel ramo de flores blancas con una nota, mamá, que sobrecogió a los millones de personas que siguieron en directo los funerales. Los hijos de Diana, la princesa del pueblo mucho antes de que Belén Esteban pudiese llegar a ostentar tal título, se quedaban sin madre de manera temprana tras la prematura muerte de la princesa con solo 36 años, dejando sin una influencia como la suya la crianza de Guillermo y Harry. Lady Di, que se había convertido en el verdadero azote de la monarquía inglesa durante años, removió con su trágico desenlace los cimientos de una de la coronas más antiguas de Europa. Tras aquella triste imagen, la juventud del príncipe Harry pasó por unos momentos un tanto complicados, que lo colocaron como blanco de todas las críticas sobretodo en contraposición de su hermano, que parecía mucho más centrado en sus labores como futuro heredero. La mayor polémica tuvo lugar en el 2005, cuando apareció disfrazado en una fiesta con un brazalete con una esvástica. Harry the Nazi, tituló el periódico The Sun. En el elitista internado de Eton acumulaba malas notas, pero el temerario príncipe creía que su futuro era convertirse en una estrella del polo. Por su éxito entre las chicas se le conocía como el «Robbie Williams de la realeza». El príncipe Harry, que también ha hecho carrera en el ejército y al que se le han conocido numerosas relaciones, se mostró finalmente sensible y vulnerable cuando estaban a cumplirse veinte años de la muerte de su madre, cuando confesó que tuvo que recibir ayuda psicológica mucho después de su muerte. «Escondí la cabeza y me negué a pensar en mi madre», confesó el príncipe, que tenía 12 años cuando murió Lady Di. Aquella reacción afectó a su vida privada y a su trabajo, sufrió ansiedad y en varias ocasiones estuvo al borde del colapso. Sus meteduras de pata eran el fruto de una mezcla de ira, rebelión e ingenuidad. Tras la fotografía del brazalete con la esvástica el nieto de la reina Isabel II tuvo que disculparse en público. Logró canalizar toda esa agresividad a través del boxeo.

Ahora, el príncipe Harry parece haber logrado la estabilidad junto a la actriz Meghan Markle, una mujer hija de padres divorciados, de origen afroamericano y separada, que provocó numerosas críticas del sector más conservador inglés. El racismo más retrógrado provocó que un dirigente del UKIP terminase presentando su dimisión y el príncipe Harry, preocupado por la seguridad de su prometida, emitió un durísimo comunicado con el que pedía respeto.

Su relación, nacida tras una cita a ciegas de una amiga en común, no ha sido fácil, como tampoco lo han sido los días previos a la boda. Aquí repasamos algunos de los detalles clave para no perderse nada del último enlace real. 

1. El culebrón del padre de Meghan Markle 

A Meghan Markle le ha ocurrido en la semana previa a la boda uno de los imprevistos que más pesadillas provocan a las futuras novias: quedarse sin padrino a última hora. Su padre, Thomas Markle, protagonizó una serie de idas y venidas por problemas de salud (y algún que otro escándalo), que han terminado por cambiar los planes de la pareja. Tras sufrir un infarto los médicos no le han autorizado viajar a Reino Unido desde Rosarito, la ciudad mexicana en la que reside, y se perderá uno de los días más felices de la vida de su hija. Fue la propia Meghan Markle la que, tras días de rumores, terminó por confirmarlo. Y poco después se conocía que no sería la madre la que acompañaría al altar a la actriz, si no su futuro suegro, el príncipe Carlos.

2. ¿Qué título ostentará Meghan Markle tras su boda con el príncipe Harry?

Meghan Markle no será princesa, un título que sí ostentó Diana de Gales. Y no ha sido ni su divorcio, ni su anterior profesión como actriz, ni sus orígenes ni su nacionalidad estadounidense los que han provocado que la reina nunca vaya a otorgarle esa distinción. Y es que si en algo coincide con Kate Middleton, dos cuñadas muy diferentes entre sí, es que ella tampoco recibirá nunca ese título a pesar de haber dado a luz a la generación más joven que asegura la continuidad de la monarquía. Ninguna de las dos lo serán porque no tienen ascendencia nobiliaria, algo que sí poseía Diana de Gales. En su día, Kate Middelton recibió junto al príncipe Guillermo el ducado de Cambridge, y todo apunta a que Meghan Markle podría recibir el de Sussex. Eso sí, tendrá tratamiento de alteza real. En Escocia e Irlanda del Norte Meghan será condesa de Inverness y baronesa Arklow respectivamente, informa el portal Express. 

3. El castillo de Windsor, el lugar idílico donde se celebrará la boda

El castillo de Windsor será el lugar idílico donde el príncipe Harry y Meghan Markle se den el sí quiero. La decisión fue tomada por la casa real británica después de que la prometida del príncipe recibiera amenazas poco después de anunciar su compromiso. Eso fue determinante para elegir un lugar cerrado y mucho más controlado para celebrar la boda. El castillo de Windsor es uno de las residencias que más usa la reina Isabel II y su capilla de San Jorge tiene cierto valor simbólico porque allí fue donde fue bautizado Harry. El banquete se celebrará en el salón del mismo nombre, donde los 600 invitados degustarán un menú formado por paltos tradicionales y verduras de temporada. El toque fresco lo pondrá la tarta, un pastel que los novios han encargado a una confitería de Londres llamada Violet, una cafetetería hipster, que nada tiene que ver con una pastelería tradicional y de lujo. Ubicada en una zona triste de la ciudad, su pequeña terraza tiene cierto encanto rústico. De lo que se conoce hasta ahora es que el limón será el sabor base de este pastel que ha intentado resumir, añadiéndole flor de saúco, «la esencia de la primavera y de lo británico».

4. Las complicadas relaciones familiares de Meghan Markle

Meghan Markle ha tenido que lidiar en los últimos meses con la escasa ayuda de sus familiares a la hora de evitar los escándalos. Muy unida a su madre, no existe la misma relación con sus hermanastros y su padre (si bien el sí que tenía previsto acudir a la boda hasta empeorar gravemente su salud). No se sabe si sus difíciles infancias, la del príncipe Harry marcada por el divorcio de sus padres y la temprana muerte de su madre y la de Meghan Markle, con la separación de sus padres y criada casi en solitario por su madre, los ha unido. «Nos divertimos mucho juntas y pese a ello su apoyo me brindó consuelo en muchas oportunidades», escribió Markle en el 2017 en la revista Glamour, donde dijo que su relación era como la que se tiene con una mejor amiga. Nada que ver con la que le une a sus hermanastros, hijos del primer matrimonio de su padre. Thomas Markle junior vive con su esposa y sus dos hijos en el estado de Oregon y trabaja como instalador de ventanas. Según dijo al Daily Mail, no recibió invitación, algo que no comprende. «Formo parte de la familia, esté peleada o no», dijo, y contó que vio a su hermana por última vez en el entierro de su abuela Doris en el 2011. Bastante tensa es también la relación con su medio hermana Samantha Markle, conocida también como Samantha Grant, que vive en Florida. Al parecer, se vieron por última vez hace diez años y tampoco recibió invitación. Esto no impidió que la media hermana, 17 años mayor que Markle, criticara a la futura integrante de la casa real públicamente. «Lo que ella se puede gastar en un fin de semana podría ayudar mucho a papá, debería darle prioridad a eso», dice Samantha. Thomas Markle, que vive retirado en Rosarito, en la costa del Pacífico mexicana, ganó según el biógrafo de Markle 750.000 dólares en la lotería, pero hoy está en la absoluta bancarrota. La revista Cosmopolitan describe a la hermanastra de Markle como «una pesadilla en la vida real». Grant prepara además un libro sobre su relación con Meghan, titulado Diario de la hermana de la princesa ambiciosa. Thomas también se despachó a gusto recientemente. «Es el mayor error en la historia de las bodas reales», escribió a mano en una carta dirigida al príncipe Harry y y publicada por la revista In Touch. Meghan Markle es «una mujer insensible, superficial y creída» que acabará burlándose de él y de toda la familia real. «No es la mujer adecuada para ti», sentencia.

5. Protocolo y normas de seguridad

La lista de invitados a la boda del príncipe Harry y Meghan Markle no ha sido hecha pública y las apuestas se suceden para sabe quiénes asistirán al enlace. No habrá políticos, ni siquiera la primera ministra británica, Theresa May, y es muy posible que sí acuda Elton John, uno de los mejores amigos de la malograda Diana de Gales. Tampoco está claro que asista algún representante de la famila real española, aunque es muy poco probable al tratarse de una boda de segunda fila. Eso sí, pese a el carácter más desenfadado de los novios, los invitados deberán seguir unas férreas normas de protocolo.

Y la policía londinense ha hecho en las últimas horas una curiosa prohibición: no se podrá lanzar confeti durante el paseo nupcial de Harry y Meghan Markle. «Por favor, no lancen confeti ni otros objetos en ningún momento durante el día, especialmente durante el cortejo», tuiteó la policía de Thames Valley. «¡Supone un riesgo potencial para la seguridad y es algo molesto limpiarlo!», añadieron las autoridades. «Esperamos que todo el mundo disfrute del día», agregaron.

6. La reina Isabel II ha supervisado el vestido de Meghan Markle

La reina Isabel II, verdadera anfitriona de la boda de Meghan Markle y el príncipe Harry, ha tenido un papel muy importante en todo lo relacionado con el enlace, y más en un detalle crucial para toda novia: el vestido. Meghan Markle ha estado un tanto limitada a la hora de escoger su estilismo para su gran días y que la última palabra la ha tenido en todo momento Isabel II. La tradición de la corona británica indica que todas las novias de la familia deben mostrar su vestido a la monarca. Según algunos de los detalles que se han filtrado sobre el diseño, podría se obra de Ralph&Russo. Eso sí, la exactriz lucirá otro vestido en la fiesta nocturna.