«Gran Hermano 17»: ¿El mayor tongo de la historia del programa?

Tres llamadas inclinaron este jueves la balanza de la expulsión, un dato «histórico», según Jorge Javier Vázquez, que nadie se creyó y que convirtió en un chiste una gala coronada con una tremenda discusión entre Fernando y el presentador


«¡Habéis hecho historia en Gran Hermano!», exclama este jueves un exultante Jorge Javier Vázquez, sonrisa completamente horizontal, manos al cielo, plantado en medio del plató de Telecinco. Pasaban las once la noche y el presentador insignia de la cadena estiraba el chicle del secreto como solo él sabe hacerlo, curtido en las tablas del cuchicheo de sobremesa. «¡He tenido que llegar yo -se regocijaba-, jamás ha sucedido lo que ha pasado esta noche, no me van a despedir». Carcajada. Silencio. La atención del espectador plena. ¿Qué era lo que estaba sucediendo? ¿Un escandaloso sorpasso, término que de acompañar a Pablo Iglesias quedó relegado, tras el 26J, a coletilla habitual de los porcentajes a ciegas del reality? ¿Un empate técnico? ¿Una abstención total acordada? Mientras la audiencia se devanaba los sesos, Jorge Javier desembuchó: tres llamadas, tres votos. Un leve desnivel en la balanza que lo había decidido todo. Una simplísima mayoría que se tradujo en la permanencia de Adara y la expulsión de Clara.

Y Twitter implosionó. ¿Tres votos?, reaccionó el público, convencido como nunca de que el programa había manejado los datos a su real antojo. Tan absurda les sonó la explicación enviada desde el plató que los usuarios de la red social, escépticos, levantaron la ceja y se lanzaron a las teclas. Tongo fue lo más bonito que le dedicaron a una edición a la que pocos le auguran una esperanza de vida larga. La gala 11 se apuntó esta semana un muy aceptable 20,7 % se share, reuniendo frente al televisor a 2.300.000 espectadores, sin embargo, el análisis popular es de todo menos tranquilizador: el formato está en peligro de extinción.

Un amigo en las tripas del concurso

El saldo actual de Gran Hermano 17 es de siete concursantes en la casa y una escandalosa favorita. Para el espectador y hay quien apunta que también para el programa. El foro Vertelevisivos reveló cuando la edición todavía estaba demasiado verde un pequeño detalle que, con el tiempo, ha dejado de ser nimio para considerarse trascendental: la amistad de Adara con José Ignacio Cembellín, «responsable técnico -según su perfil en Linkedin- de galas en plató de Gran Hermano o Supervivientes como principales programas en prime time». No es un dato para figurar en la red de contactos profesionales. Es verdad. Lo corroboran unas fotos de la inauguración del control de la actual edición del reality publicadas en su perfil de Facebook del pasado 9 de septiembre:

Los espectadores enfadados con el escaso margen que, según Gran Hermano 17, resolvió la expulsión buscaron razones. Y encontraron en la trama Clara-Fernando la explicación del interés del programa por tener a la madrileña en plató. Tras abrir el sobre, el concurso decidió prescindir por un rato del sevillano, con quien la expulsada mantuvo una especial relación dentro de la casa. A su salida, el andaluz, con novia fuera, negó cualquier tipo de implicación romántico con ella, acotando su vínculo a una bonita, pero simple amistad. Ella, sin embargo, nunca escondió sus sentimientos. Sin ataduras, no dudó en confesar las mariposas en el estómago. A las cámaras, a sus compañeros y al protagonista en cuestión del romance no correspondido. El reality se encargó del resto.

Lanzó continuas insinuaciones sobre la posibilidad de que Clara y Fernando hubiesen difuminado bajo las sábanas los límites de la amistad que sobre el edredón nunca se atrevieron a sobrepasar. Él lo negó en cuando salió disparado de Guadalix, pero el público (o el concurso), con ganas de más, lo repescó y le dio a su historia una segunda oportunidad que nunca llegó a cuajar. Regresó a la casa y acabó siendo sancionado con un nuevo exilio por irse de la boca, a pesar de estar más que avisado. La nueva etapa en el plató de Gran Hermano fue tensa para Fernando. Su relación con el presentador se recrudeció y acabó explotando este jueves, cuando el reality le pidió que abandonase la sala durante la entrevista de Clara. No querían que la de Madrid se sintiese coaccionada con su presencia en la grada. No estaban dispuestos a que sus miradas, gestos o palabras neutralizase una confesión que, como el imaginado idilio, nunca llegó.

Jorge Javier insistió. ¿Qué pasó bajo el nórdico? Y Clara fue franca: reconoció que hablaban en clave, con mucha paciencia, escribiéndose letras en la piel. Pero descartó el beso y cualquier otra especulación que imaginase contacto carnal. Admitió sentir atracción hacia Fernando, incluso llegó a comentar que había notado que él sentía lo mismo y que, por lealtad, no iba a decir nada más. Fue lo máximo que añadió. A continuación, el rubio regresó al plató y comenzó la gresca. 

Indignado, Fernando le espetó a Jorge Javier Vázquez que no se sentía respetado, se confesó harto del tema culebrón con Clara y, muy tenso, se excusó manteniendo que es imposible que alguien que no haya estado en la casa comprendiese la situación, lo que se siente allí. «No tenéis ni puta idea», concluyó. El conductor del reality, visiblemente molesto, no se quedó callado: «No me merecía lo que me has dicho. Te estaba tratando con respeto. Tienes que saber dónde estás y no lo sabes. Pregúntate por qué te han echado de la casa»

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