La Barbie hipster (también) abandona Instagram

Semana nefasta para la red social de los filtros fotográficos prodigiosos. Primero se apeó de la plataforma la modelo que se cansó de llevar una vida de postureo y embuste y, ahora, tras 22 semanas en activo, se despide de sus seguidores la responsable del perfil Socality Barbie, dueña y señora de, ni más ni menos, una cartera de más de un millón de fieles. La bautizada como Barbie hipster rompió todos los contadores cuando un buen día su progenitora, una fotógrafa anónima de Portland, decidió inmortalizar a la célebre muñeca representando todos los clichés «instagrameros». ¿Que de qué hablamos cuando hablamos de clichés «instagrameros»?

De gente muy moderna, muy guay, desayunando en la cama, comiendo de pícnic, merendando cupcakes y cenando ensaladas de vivos colores, paseando por la orilla del mar al atadecer, por el bosque, sobre una alfombra de hojas secas, cruzando algún paso de peatones, enfundada en ponchos (ellas) y camisas de cuadros (ellos), mirando al suelo, al horizonte, de espaldas, con gafas de pasta, gorros de lana, mochilas, vaqueros remangados, tirantes, chaquetas de punto gordísimo. Hablamos de piernas en la playa, de pies en el mar, de cafés con espigas dibujadas en la espuma, de cuernos de ciervos, de #slowlife, #vsco #vscocam, #instagood, #bestoftheday, #picoftheday, #,#,#. Ya saben.

La versión cool de la Barbie de toda la vida -una parodia en sí misma- se dedicaba hasta este mismo jueves a reírse de esta estafadora autenticidad de la red social. Más bien, de la de sus usuarios. Y lo hizo muy bien. En poco más de siete meses cosechó la admirable cifra de 1,3 millones de seguidores, el doble de los que acaparó nuestra amiga desertora Essena O'Neill. Su recerta no era otra que ridiculizar, con una buena dosis de encanto y algo de ñoñería, los hábitos egocentristas de los que algunos usuarios más que otros hacen gala en Instagram. Acompañados, por supuesto, de comentarios hiperpositivos, optimismo, energía y autoayuda elevada a la enésima potencia.

Pero este jueves, la plataforma ha amanecido con malas noticias. @socialitybarbie se retira. Y, en su despedida, destapa la cara a su todopoderosa creadora, Darby Cisneros. «Hola, chicos, mi nombre es Darby Cisneros y soy la creadora de Socality Barbie -publica en su última actualización, bajo una imagen en la que se puede ver a la fotógrafa junto a su muñeca-. Empecé la cuenta para burlarme de todas las tendencias ridículas de Instagram». Y continúa: «Ni en un millón de años se me ocurrió que recibiría tal cantidad de atención, pero gracias a ello se ha abierto la puerta a un gran número de debates que cuestionan la manera en la que nos presentamos a nosotros mismos en las redes, las cosas que llegamos a hacer para crear una vida perfecta que mostrar en Instagram, nuestra autenticidad y nuestros motivos». «Ha sido la bomba hacer esta cuenta pero creo que el trabajo de SB está hecho», concluye. Este es su motivo. La razón por la que abandona la red. Porque Barbie ya no tiene más que hacer. Ya lo ha hecho. Ya ha desatado la discusión. Ya nos ha hecho pensar. ¿Qué hay de verdad en lo que se publica en Instagram? ¿Cuál es el grado de honestidad en esta plataforma? ¿Es la vida real tal y como la plasmamos en Internet?