La reina Isabel II, la gran ausente en el bautizo del hijo de los Duques de Cambridge
Qué se cuece
El Palacio de Buckingham ha asegurado que «no se trata de motivos de salud» aunque no han dado ninguna otra razón
09 Jul 2018. Actualizado a las 20:56 h.
El tercer hijo de los Duques de Cambridge, el príncipe Louis, ha sido bautizado esta tarde en en la Capilla Real del Palacio de Saint James, en Londres, rodeado por sus padres, hermanos, tíos y abuelos pero con la sonora ausencia de sus bisabuelos: la reina Isabel II y su esposo, el príncipe Felipe.
El Palacio de Buckingham mantiene que no se trata de «motivos de salud» aunque, sin duda, es raro que la reina, de 92 años, se pierda esta celebración que tiene como protagonista al quinto en la línea de sucesión al trono.
El niño, nacido el pasado 23 de abril en el Hospital St Mary's de la capital británica, llegó al templo dormido en los brazos de su madre, Kate Middleton, que volvía a la escena pública vestida de blanco, uno de sus colores favoritos, con un diseño de Alexander McQueen .
El Príncipe Guillermo completaba la llegada de la familia con sus dos hijos mayores, George y Charlotte, de 5 y 3 años, respectivamente.
A su llegada, la Duquesa de Cambridge habló de su tercer hijo con el arzobispo de Canterbury. Describió al pequeño como un niño «muy relajado y tranquilo».
El tercer nieto del príncipe de Gales y la fallecida princesa Diana llevaba una réplica, elaborada en 2008, del mantón bautismal color crema que lució por primera vez la primogénita de la reina Victoria en 1841 y que, desde entonces, se ha utilizado para todos los bautizos reales, incluido el de Isabel II, en 1926.
El hijo menor de los duques de Cambridge fue bautizado con agua del río Jordán sobre la pila bautismal «Lily Font», una obra de orfebrería elaborada por los joyeros EJ. y W. Barnard en 1840, también a petición de la reina Victoria, que representa «la pureza y la nueva vida» y que la familia real utiliza en estas ceremonias.
El sexto bisnieto de Isabel II cuenta desde hoy con seis amigos íntimos de sus padres -tres hombres y tres mujeres- como padrinos, entre los que se encuentra Guy Pelly, de la pandilla de los príncipes Guillermo y Enrique, y Lucy Middleton, prima de Catalina.
La ceremonia privada se celebró ante menos de treinta invitados, entre los que estaban el príncipe de Gales -abuelo de la criatura- y la duquesa de Cornualles, Camilla, así como los recién casados duques de Sussex, el príncipe Enrique y Meghan, quien acudió por primera vez a un bautizo de un miembro de la familia real. Para esta ocasión volvió a decantarse por moda americana con un diseño de Ralph Lauren.
Por parte de la duquesa de Cambridge, la lista incluyó a los abuelos maternos, Carole y Michael Middleton -de los primeros en llegar al templo- y a los dos hermanos de Catalina, Pippa -que se pudo ver embarazada de su primer hijo- y James.
Al término de la ceremonia, los duques de Cambridge ofrecieron una íntima recepción en la Clarence House, residencia y despacho del príncipe Carlos, donde se sirvió la misma tarta de bodas de Guillermo y Catalina, como hicieron con sus otros dos hijos.