Un astronauta compara con su gemelo los efectos en su cuerpo de vivir en el espacio

Scott Kelly permaneció 340 días en la Estación Espacial Internacional. Tanto el astronauta como su hermano fueron analizados para ver cómo afecta a los humanos pasar tanto tiempo sin gravedad

A.L.M.

El astronauta de la NASA que más tiempo ha pasado en el espacio, Scott Kelly, volvió a la Tierra y escribió un libro donde compara los efectos corporales con su hermano gemelo. Bajo el título Resistencia: Un año en el espacio, publicado a finales del 2017 relata los devastadores efectos corporales, la tristeza y la soledad que hay que afrontar en el espacio y, también, narra sobre la imaginación humana, la fuerza de voluntad y las maravillas infinitas de la galaxia. 

 

El ex astronauta ha visitado el espacio 4 veces en sus últimos 20 años, y durante un año se sometió a pasar 340 días en la Estación Espacial Internacional. Formaba parte de una misión de la NASA para observar qué ocurre cuando los humanos pasan mucho tiempo viviendo sin gravedad y con alta radiación. En paralelo, su hermano gemelo Mark Kelly, quien también fue astronauta, fue analizado en Tierra para comparar los cambios de salud físicos y psíquicos.

Luego de su estadía en el espacio, Scott ha perdido masa muscular y ha aumentado su estatura unos cinco centímetros debido a la falta de gravedad: «Yo me siento bien. Al principio viví varios días mareado, acostumbrándome nuevamente a vivir con la gravedad. He tenido pequeños cambios en el ADN, pero no es algo que se pueda ver o sentir para lo que existan síntomas. Seguimos teniendo el mismo ADN, pero el mío se está comportando de forma algo distinta: un 7% de mi ADN se comporta de una forma algo distinta», reveló en una entrevista en Infobae.

La NASA ha lanzado este proyecto para poder medir con tecnología del siglo XXI los efectos que el cuerpo atravesaría en un período tan largo, ya que se planea un expedición al planeta Marte. Se tardaría unos 200 días en llegar y otros 200 en volver, más los meses de estadía. Tras ser consultado sobre si viajaría al planeta rojo, Scott respondió: «Iría seguro a Marte. Iría pero me gustaría volver. Clavar la bandera en el suelo y volver a casa». 

Scott asegura que vivir en el espacio es muy divertido y, «especialmente cuando desde el principio experimentas la ausencia de la gravedad terrestre. Dormimos en una especie de bolsa de dormir pegada a la pared. Te la pones como un chaleco con los brazos afuera. Y dejo los brazos flotar o a veces uniendo las manos. Duermo 6 o 7 horas. Muchas veces mejor de lo que lo hago en la Tierra. No hay un arriba y abajo determinado, más allá de que las luces están en un techo y los carteles indicadores siempre tienen la misma orientación. Pero el cuerpo no se da cuenta de ello. Nunca vas a tener la sensación de estar durmiendo cabeza abajo», añade en la entrevista.

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