«Odio el teléfono de mi madre y desearía que no tuviera uno»

Una profesora comparte la reveladora respuesta de uno de sus alumnos tras lanzar la pregunta en clase


Una profesora de primaria de Luisiana, en Estados Unidos, Jen Beason, planteó una inocente pregunta a sus alumnos: ¿Si tuvieras que decirme un invento que te gustaría que no existiera cuál sería?. La sorpresa llegó con algunas de las respuestas de sus niños de entre 7 y 8 años, especialmente de uno, que generó todo tipo de reacciones después de que la profesora compartiese su respuesta en redes sociales.

«Si tuviera que decir qué invento no me gusta, diría el móvil de mis padres porque están todo el día con él. Odio el teléfono de mi madre y desearía que ella no tuviese uno». Esta fue la respuesta que la maestra compartió en redes sociales, pero otros cuatro niños habían elegido el mismo invento, de 21 que tiene en el aula.

La profesora, sorprendida por la contundencia y seguridad con la que el alumno había contestado, decidió publicar la imagen del trabajo de su alumno, y el debate fue generalizado. Otra profesora tras leer la respuesta del niño reconoció que adaptó la pregunta a sus alumnos y reconoció que «tuvimos una discusión en clase sobre Facebook y todos los estudiantes dijeron que sus padres pasan más tiempo en Facebook que hablando con sus hijos. Fue muy revelador para mí», reconoció.

No cabe duda que la tecnología forma parte de nuestras rutinas y que es debido a ella que se pierde tiempo de interacción social con nuestros hijos, propiciando a la vez que ellos acaben convirtiéndose en adictos también. Se estima que uno de cada cinco adultos españoles es adicto al móvil, con las implicaciones que esto tiene para su productividad laboral y relaciones personales. Sin embargo, lo que muchos padres pasan por alto es que su adicción al teléfono también puede influir en la relación que mantienen con sus hijos, así como en el desarrollo psicológico de los pequeños.

Según un estudio publicado en la revista Child Development en el que se evaluaron a 170 familias que tenían al menos un niño con una edad promedio de tres años. Los investigadores les pidieron a los padres que indicaran la cantidad de veces que utilizaban un aparto tecnológico e interrumpían el tiempo que pasaban con sus hijos. Un 11% aseguró que nunca sucedía, un 17% que solo ocurría una vez al día, un 24% afirmó que pasaba par de veces en la jornada y el 48% reveló que el teléfono interrumpía la relación con sus hijos tres veces o más al día.

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