Unos padres demandan a su hijo de 30 años por no querer independizarse

El matrimonio quiere que su hijo se vaya de casa ya que no ayuda en las tareas domésticas ni colabora económicamente en el hoga


Michael Rotondo es un hombre de 30 años que vive en Estados Unidos y que no tiene ni oficio ni beneficio. Vive en casa de sus padres, no estudia, no trabaja, no colabora en las labores domésticas y apenas tiene relación con sus progenitores. Cristina y Marken, cansados de esta situación y tras avisar en varias ocasiones a su hijo, se vieron obligados a tomar una decisión drástica: llevar a juicio a su propio hijo para obligar a abandonar su casa.

Los padres alegaron ante el juez que llevaban meses intentando que su hijo se fuera, que hiciese su vida, pero Michael siempre rechazó la proposición. Incluso llegaron a ofrecerle 1.000 euros al mes durante un periodo de tiempo para ayudarle a buscar casa y trabajo, pero eso tampoco funcionó.

Cristina y Marken Rotondo enviaron cinco documentos escritos en la que le solicitaban directamente que abandonase el hogar familiar. Negativa tras negativa, el matrimonio decide tomar medidas legales para que su único hijo se marcha de casa.

El juez Donald Greenwood, Michael no quiso contar con la ayuda de ningún abogado y se defendió a sí mismo. Solicitó permanecer en casa de sus padres porque «tiene derecho como miembro de la familia» y esgrimió que durante el juicio que la petición de sus padres no tenía validez porque debía ser advertido con seis meses de antelación . Tras sus palabras, el magistrado reconoció en su sentencia que le ha parecido «indignante» su petición y le ordenó que abandonase inmediatamente la casa de sus padres.

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