El cojín que simula el abrazo de los padres

Una enfermera valenciana ha creado un prototipo de brazos articulados


Los bebés necesitan los brazos para sentirse seguros y relajarse. Después de nueve meses escuchando el corazón de su madre y sintiendo su calor, acostumbrarse al mundo no es fácil y, todavía menos, si tienen que quedarse más tiempo del esperado en el hospital.

Ahora una enfermera ha «inventado» unos brazos para hacer más fáciles esos primeros días. El primer prototipo se llama «Amb tú» y lo ha creado-Mª Dolores Hernández, del departamento de neonatología del Hospital Casa de Salud de Valencia.

La enfermera ha explicado que, con este cojín, se pretende reforzar la importancia del abrazo en los cuidados de enfermería. El prototipo simula «un lecho a modo de torso humano, dotado de brazos articulados, que le aporte al bebé calidez y sonido», ya que también reproduce música o el sonido de un corazón latiendo. Según Hernández, el objetivo de este abrazo simulado es «disminuir el estrés de los bebés» y brindarles una sensación «de seguridad y protección». En el ámbito hospitalario serviría para promover la idea de «abrazar en detrimento a la de sujetar y favorecer el apego en ausencia de sus padres» y así de esta forma, «se crearía una herramienta válida para los profesionales que permita desarrollar futuras terapias y tratamientos en la profesión».

Los materiales utilizados en este primer prototipo Amb tú, han sido un reproductor de latido cardíaco, incorporado, música relajante y grabadora de voz, con gráficas de enfermería y un Pulsioxímetro (para medir de forma no invasiva y precisa la saturación de oxígeno en sangre y la frecuencia cardiaca). Se seleccionaron diversos pacientes de la Unidad de Neonatología para observar su comportamiento con y sin el prototipo y tras un tiempo de observación se ha podido constatar que «los recién nacidos durante el tiempo en el que estuvieron con Amb tú, estaban más confortables, se ha observado una reducción del tiempo de llanto, disminución de regurgitación y de desaturaciones espontáneas», reconoce Mª Dolores Hernández.

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