El paradero de la princesa Sheikha Latifa continúa siendo un misterio

La hija del emir de Dubai anunció su intención de huir del país tras sufrir abusos y torturas. Soñaba con emprender una vida nueva en Estados Unidos. Desde el 4 de marzo no hay noticias suyas. Human Rights Watch denuncia lo que considera una «desaparición forzosa»


Continúa el secretismo absoluto en torno al paradero de la princesa Sheikha Latifa, la hija de Mohamed bin Rashid al Maktum, emir de Dubai y vicepresidente y primer ministro de Emiratos Árabes Unidos. La joven, de 33 años, saltó a los titulares el pasado mes de marzo  cuando desapareció misteriosamente mientras trataba de huir de su país con la ayuda de unos amigos. A mediados de abril, el gobierno de Dubai rompió el silencio sobre la rocambolesca y dramática historia sin entrar en muchos detalles. Una fuente próxima aseguraba que la princesa Latifa había sido «traída de vuelta» y que se encontraba «bien», tal y como recogía el periódico británico The Guardian. Dicha fuente definía la situación como «un asunto privado» que había sido explotado por «una banda de estafadores». Desde entonces nada más se sabe de la hija del emir de Dubai, que soñaba con emprender una nueva vida en Estados Unidos.

 «Este vídeo podría salvar mi vida. Y si estás viendo este vídeo no es tan buena noticia, o estoy muerta o estoy en una situación muy, muy mala». Antes de desaparecer, la joven había enviado un vídeo a su abogada en el que, visiblemente nerviosa, denunciaba haber sido víctima de abusos y torturas tras un primer intento fallido de escapar del control de su padre.  La princesa había ordenado a su abogada que distribuyera el vídeo en caso de fallecimiento o desaparición. Y habiéndose cumplido la segunda premisa, la abogada difundió las imágenes. «Este vídeo podría ser el último. Muy pronto me iré de alguna forma, no estoy segura, pero estoy 99 % convencida de que esto podría funcionar». 

El 4 de marzo se perdía la pista de la princesa de Dubai, uno de los treinta hijos del emir. Envió un último mensaje de WhatsApp a su abogada, Radha Stirling. En el momento de su desaparición, Sheikha Latifa estaba en compañía de su amiga e instructora de paracaidismo finlandesa, Tiina Jauhiainen, y de Hervé Jaubert, un exespía de nacionalidad francoestadounidense que huyó hace una década de Emiratos oculto bajo un niqab y un traje de buceo. Stirling recibió un mensaje de socorro, y posteriormente una llamada de auxilio de Latifa. «Radha, ayúdanos por favor. Hay hombres afuera. Escucho disparos y estoy escondida con mi amiga», alcanzó a balbucear antes de cortar la comunicación. La joven había escapado en el yate Nostromo junto a sus amigos, y las últimas coordenadas del barco antes de la desaparición apuntaban a que navegaban por la costa de Goa, en la India. A finales de marzo, los dos acompañantes de Sheikha Latifa en su aventura fueron puestos en libertad. Pero la suerte de la princesa continúa siendo una incógnita.

«Desaparición forzosa»

«Emiratos Árabes Unidos debe revelar inmediatamente el paradero de la princesa Latifa, hija del gobernante de Dubai y esclarecer su estatus legal», pedía este sábado la organización Human Rights Watch. «De lo contrario la princesa podría estar en desaparición forzosa, dadas las pruebas que apuntan que fue vista por última vez cuando las autoridades la detenían», argumentaba la oenegé.  «Emiratos Árabes Unidos debería hacer público inmediatamente el paradero de Latifa, confirmar el estado en el que se halla y permitir que tenga contacto con el mundo exterior», reclama Sarah Leah Whitson, la directora de Oriente Próximo de la organización. «En caso de que se halle arrestada, debe gozar de todos los derechos que merecen los detenidos, incluido el de ser conducida ante un juez independiente».

Ya en libertad, su amiga finlandesa ha contado cómo la princesa y ella intentaron huir del país el 24 de febrero en el barco de Jaubert, rumbo Asia. Iban acompañadas también de varios tripulantes filipinos. Efectivamente, el 4 de marzo el yate fue interceptado a 50 millas de la costa de Goa, en India: Latifa y Tiina estaban bajo la cubierta cuando escucharon gritos y disparos y se encerraron en el baño. Emplearon gas para obligarlas a salir a cubierta y se llevaron por la fuerza a Latifa. Su amigo Jaubert fue violentamente golpeado, al igual que otros tripulantes. Jauhiainen asegura que la cara del hombre estaba «ensangrentada» y que era «irreconocible». La ciudadana finlandesa asegura que los guardacostas indios colaboraron con agentes emiratíes, que se llevaron el barco de vuelta al país árabe con sus tripulantes encerrados bajo cubierta, y tras cuatro días, fueron trasladados a un buque militar. Tres días después llegaron a Emiratos y la trasladaron a una cárcel para personas que suponen una «amenaza para la seguridad nacional», donde fue interrogada y le amenazaron repetidamente con la pena de muerte y régimen de aislamiento hasta que finalmente admitió actos que no cometió, tales como haber sacado el vídeo de Latifa. Después le pidieron grabar una confesión en vídeo y firmar varios documentos en árabe. También firmó un documento que creyó un acuerdo de confidencialidad sobre su interrogatorio y sobre Latifa y finalmente el 22 de marzo le permitieron regresar a Finlandia llevándose un ordenador y varios objetos del barco. Jaubert y la tripulación pudieron partir en el barco en esas mismas fechas.

En el vídeo que fue publicado en YouTube por su abogada, la propia Latifa explicaba cómo su hermana mayor, Shamsa, huyó de su padre en el año 2000 durante un viaje a Reino Unido. Tras ser interceptada, fue «secuestrada» y llevada de vuelta al país árabe. La princesa contaba también cómo ella misma intentó huir a Omán en el año 2002, pero fue interceptada en la frontera, llevada de vuelta a Dubai, internada en una prisión durante tres años en los que fue torturada. «Este vídeo me puede ayudar porque la única cosa por la que se interesa mi padre es por él mismo. Él podría matar a gente para mantener su propia reputación. No sé lo que mi padre puede hacerme. Es pura maldad. Es responsable de la muerte de mucha gente. Su imagen de hombre de familia es un mero ejercicio de relaciones públicas». Así se refería Latifa a su padre en el vídeo, en el que durante 40 minutos explicaba cómo había sido su vida como parte de la familia real de Dubai. 

Human Rights Watch denuncia que en los últimos años se han producido varios casos de desaparición forzosa en Emiratos pese a que la ley obliga a presentar a los sospechosos ante un juez en dos días, aunque hay excepciones por seguridad nacional.

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