La impresionante historia de superación de Bethany Hamilton, la surfista atacada por un tiburón

Cuando con 13 años perdió un brazo y casi muere desangrada en una playa de Hawái no se rindió y ahora acaba de dar a luz a su segundo hijo


Redacción / La Voz

La historia de Bethany Hamilton es tan increíble que podría creerse que es más propia de un guion de una película que haya sucedido en realidad. Pero ya se sabe, la realidad supera casi siempre a la ficción, y en este caso no podía ser de otra manera. A los trece años vio como sus sueños de convertirse en surfista profesional estuvo a punto de verse truncado por el ataque de un tiburón. En una playa de Hawái, dodne estaba con dos amigas practicando su deporte favorito, un tiburón tigre le arrancó el brazo izquierdo de cuajo. Y no solo eso, estuvo a punto de morir desangrada. Pero ese no era su momento final, la vida le tenía guardadas un puñado de momentos inolvidables y eso se dedicó a hacer en los próximos años. Tras el susto inicial, al poco tiempo logró vencer a sus miedos y se subió de nuevo a una tabla para surcar las olas. «Para mí fue como aprender a caminar de nuevo», aseguraba Bethany Hamilton en el 2010, cuando acudió a competir en el Pantín Classic. En el año 2007 su historia fue llevada al cine con en forma de un documental titulado Heart of a Soul Surfer, un rodaje en el que ella misma participó practicando surf.

Ahora, quince años después, su vida sigue siendo un afán de superación continuo. Sigue surcando las olas sobre la tabla de surf, una actividad que ahora compagina con la madre. Se casó con Adam Dirks en el año 2013 y dos años después nació su primer hijo, Tobías. Ahora acaban de ampliar la familia con la llegada de su segundo retoño, Wesley Phillip, como ella misma anunció a través de las redes sociales.

Precisamente es en las redes sociales donde Bethany Hamilton muestra su buen hacer en el surf, pero también donde normaliza su graves secuelas físicas con toda la naturalidad del mundo. La pérdida del brazo izquierdo nunca le supuso un freno para alcanzar sus metas, ni profesionales ni personales.

 

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