Carlos Olalla, de «El Príncipe» a sobrevivir recitando poemas en el metro de Madrid

El actor que anunció que se retiraba del teatro hasta que el Gobierno no bajase el IVA cultural, lee junto a su madre poesía a cambio de la voluntad


Si les hablan de Carlos Olalla, el actor, probablemente a pocos le suene. Pero si ven su cara, posiblemente sí que le recuerden en alguno de los múltiples papeles de actor secundario que ha interpretado en los últimos años tanto en cine como en televisión.

Ha salido en La sonata del Silencio, La embajada, Centro médico, El Príncipe, O Faro,  Cuéntame cómo pasó, Velvet, Víctor Ros, El tiempo entre costuras, Con el culo al aire o La que se avecina, por enumerar sus apariciones más recientes.

En el cine le recordarán de A Cambio de nada, Lasa y Zabala, Grupo 7, No habrá paz para los malvados o Tres metros sobre el cielo, por mencionar algunas de ellas de su largo currículo.

Por eso cuesta trabajo imaginar cómo ha terminado recitando poemas en el metro de Madrid junto a su madre, Marina Maristany, tal y como contaron en La Ventana, el programa de la Cadena Ser que presenta Carlos Francino. 

«No es pedir, es dar, estamos aquí para leeros unos poemas porque estamos en paro pero queremos reivindicar algo: que en este país los artistas podamos vivir de nuestro trabajo», cuenta Olalla sobre sus recitales en el metro.

Y defiende esto argumentando que «estamos haciendo algo muy digno, reflejar la situación por la que pasamos la mayoría de los actores». Y reflexiona diciendo que «es lo único que nos queda».

La historia de su madre no es menos curiosa. Marina Maristany es actriz pero sobretodo escritora, y ha publicado 12 libros y a sus 83 años ha terminado en metro, recitando poesía junto a su hijo para poder sobrevivir.

La situación por la que pasa Carlos Olalla «no es un caso aislado», defiende. «Es un menosprecio a la cultura», asegura. Y aclara que ante la posibilidad de que las circusntancias le puedan y hundirse, ha optado por luchar. «No podemos trabajar como nos gustaría, nos llaman la mitad y nos pagan la mitad», afirma. Y explica que él ha elegido rebelarse contra el sistema y al tener más tiempo libre imparte, por ejemplo, talleres para jóvenes en la Cañada Real de forma gratuíta.

Olalla resume la situación por la que pasa la cultura en España, «asfixiada por el IVA cultural» como que los políticos «no quieren que la gente piense». Pese a que sigue trabajando de forma esporádica, y ha colaborado en varias películas y series que aún no se han estrenado, Carlos Olalla explica como subsiste en el día a día. «Vas trampeando como puedes, la gente te deja dinero y puedes pagar el alquiler o reclamar el recibo de la luz que te han cortado. Y cuando cobras algo, ya lo debes todo», resume.

Dejó teatro para protestar contra el IVA cultural

Su nombre ya fue polémico cuando hace un año medio anunció que se retiraba del teatro a través de su Facebook. «Se acabó. Me bajo del escenario. Hacer e ir al teatro es un acto de resistencia ante el genocidio de la cultura que practica este Gobierno», escribía. «Harto de trabajar en los escenarios en condiciones esclavistas, sin cobrar un duro y dependiendo de que amigos o familiares vengan a verte, porque las salas no pueden invertir en promoción, he entendido que me equivocaba», proseguía.

Olalla desgranaba en su post de Facebook las condiciones en las que estaba una profesión, la de actor, en la que había «un paro superior al 90 %, una precariedad laboral del 98 % y una retribución por hora en las salas de teatro alternativas que no alcanza los 50 céntimos la hora», aseguraba.

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