Esto era lo que quería decir Melania Trump con su polémica gabardina de Zara

La primera dama de Estados Unidos se dirigía a la prensa con la polémica frase «Realmente no me importa, ¿y a ti?»


La primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, aseguró hoy que quería enviar un mensaje a la prensa cuando en junio eligió una gabardina con un enigmático mensaje para su visita a Texas, donde se reunió con niños inmigrantes que habían sido separados de sus padres.

«Realmente no me importa, ¿y a ti?», rezaba la frase impresa en mayúsculas blancas y en inglés sobre la gabardina que Melania llevó al salir y entrar del avión que la transportó de Washington a Texas.

En una entrevista con el canal ABC News, Melania abordó la polémica sobre la chaqueta, que fue objeto de todo tipo de especulaciones y algunos medios la interpretaron como un guiño a la base de votantes de Trump, que podría sentirse inquieta ante los gestos amables de la primera dama hacia los inmigrantes.

«Preferiría que (los medios) se centren en lo que hago y en mis iniciativas, en vez de en lo que llevo», dijo hoy.

«Algunas veces me pregunto, no voy a usar esto por si hubiera cobertura mediática. Es obvio que no me puse la chaqueta para los niños. Usé la chaqueta para ir al avión y para salir del avión. Y fue para la gente y para los medios de izquierda que me están criticando», afirmó Melania.

La gabardina de la la gallega Zara, explicó la primera dama, era un gesto para mostrar a los medios que «no le importaba» su cobertura.

«Pueden criticar lo que quieran, pero no van a impedir que haga lo que creo que está bien», avisó.

Los comentarios de la primera dama contrastan con las declaraciones que hizo su portavoz, Stephanie Grisham, quien en el momento de la polémica aseguró que se trataba simplemente «una chaqueta» y que «no había ningún mensaje oculto».

No obstante, el presidente de EE.UU., Donald Trump, opinó en ese momento sobre el misterio y lo presentó como una indirecta a los medios de comunicación.

En todo caso, la elección de vestuario de Melania copó entonces todas las portadas y eclipsó el contenido de su visita a Texas.

Esa visita buscaba mejorar la imagen del presidente, cuyas políticas de «tolerancia cero» habían provocado la separación de sus padres de más de 2.500 menores por tratar de cruzar irregularmente la frontera con México.

¿Es feliz Melania Trump? Una entrevista ahonda en su personalidad

Pocos matrimonios son objeto de más especulaciones que el del presidente estadounidense Donald Trump y Melania, pero la primera dama ha decidido ahora salir a la ofensiva con una entrevista con el canal ABC en la que responde sobre las presuntas infidelidades de su marido y sobre si aún lo quiere.

El reportero de la emisora Tom Llamas acompañó a la ex modelo de origen esloveno durante su gira en solitario por varios países de África y tuvo posibilidad de hablar con ella en profundidad. Según Llamas, no hubo preguntas prohibidas por parte de la primera dama, nacida Melanija Knavs, que es 24 años menor que su marido.

Respecto de las supuestas infidelidades de Donald Trump, de 72 años (y que él niega), la respuesta diplomática de Melania fue que tiene otras cosas en qué pensar por encima de esas especulaciones. «Soy madre y primera dama, y tengo cosas más importantes que hacer», dijo. Pero no desmintió claramente que existieran las infidelidades.

«Usted ha dicho que tienen un buen matrimonio. ¿Ama usted a su esposo?», le pregunta el reportero. «Sí, nos va bien», contesta brevemente la primera dama.

Los medios especulan y eso no son más que «chismes». «No siempre es verdad», asegura. Por supuesto que las especulaciones no son siempre agradables, concede, pero es tajante: «Yo sé lo que es correcto y lo que no y lo que es verdad y lo que no».

El matrimonio, el tercero de Trump, es objeto realmente de muchos cuestionamientos. Dieron la vuelta al mundo las imágenes en las que se ve al presidente tratando de tomar a Melania de la mano y cómo ella parece hacer lo posible por negársela. También desató innumerables rumores la imagen de la toma de posesión en enero de 2017, cuando Trump le sonríe y ella le devuelve el gesto ampliamente, pero cuando él se gira su rostro se hunde en un gesto de desagrado. Los medios aseguran que Donald y Melania tienen habitaciones separadas en la Casa Blanca.

Para espantar los rumores, Melania afirma ahora que «adora» vivir en Washington en la Casa Blanca y que si su marido se presenta como candidato a la reelección en 2020, como se especula, ella lo apoyará. «Creo que mi marido hace un increíble trabajo en favor de esta nación», sentencia.

Ser primera dama es un trabajo con glamur si se piensa en la antecesora de Melania, Michelle Obama. Pero la esposa del actual presidente apenas apareció en público al principio de su mandato e incluso hubo momentos en que hasta parecía desaparecida del mapa. Desde entonces ha recuperado terreno y pone el acento en ocasiones en temas que parecen contradecir a su marido, aunque ella por supuesto lo niega.

En mayo creó la iniciativa «Be Best», que se ocupa de los niños y sobre todo del acoso en las redes sociales, el «ciber-bullying». Algunos analistas creen que el mayor «ciberacosador» de nuestros tiempos es Trump, con Twitter como arma principal.

Melania sí se enfrentó abiertamente a su esposo en lo que respecta a la política de «tolerancia cero» con la inmigración ilegal, que implicaba la separación de padres e hijos en la frontera con México y en encierro de los menores solos en campamentos. La primera dama viajó allí durante el verano (boreal) para tener información de primera mano.

«Rompía el corazón. Y yo reaccioné con mi propia voz», dice Melania en la entrevista. Llamas le recuerda que fue algo provocado por la política de su esposo. «Sí, y así se lo hice saber», responde. «Le dije que eso no era aceptable». Trump dejó entonces de separar a las familias, un indicio de que tal vez Melania tiene más influencia de lo que se cree.

Trump divide a Estados Unidos entre sus simpatizantes, que lo adoran por su estilo no convencional de gobierno, y quienes lo detestan precisamente por eso. En cierta medida esta misma reacción se ha trasladado a Melania, señala el corresponsal de ABC Terry Moran: es una «magnífica primera dama» para quienes apoyan a Trump y para quienes lo censuran es «o bien la Bella que vive con la Bestia, o la princesa atrapada en el castillo por el dragón».

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