La sorprendente confesión sexual de Kiko Rivera: «Me acosté con una chica que antes se llamaba Agustín»
El hijo de Isabel Pantoja revela en la cena en casa de Julio José Iglesias sus secretos más íntimos
Redacción / La Voz
Los telespectadores de Ven a cenar conmigo deberán esperar a la próxima semana para ver cómo se desenvuelve entre fogones Kiko Rivera y si en el menú que deberá preparar a Elena Tablada, Julio José Iglesias y Toñi Salazar incluye el famoso pollo a la Pantoja, la supuesta especialidad de su madre. Pero en los programas que ya se han emitido, Kiko Rivera se ha revelado como uno de los platos fuertes de esta edición del concurso cargados de vips. Y lo es por varias razones. Kiko Rivera siempre levanta expectación. Desde que su madre decidiese subirlo al escenario con su corte de pelo a la taza y vestido con una camisa con babero (quien de los nacidos en los 80 o antes no tiene una foto de su infancia vestido de esa guisa) para cantar junto a su niño del alma, cada movimiento del hijo de Isabel Pantoja es seguido con fruición por la prensa rosa.
Pero en los últimos años, su vida también ha dado mucho juego. Sus escarceos amorosos, el nacimiento de sus tres hijos, sus enfrentamientos y reconciliaciones con su hermana Chabelita y los convulsos últimos años de su madre, Isabel Pantoja, lo han convertido en uno de los famosos más perseguidos. Y en medio de esa situación, tras someterse a una operación de cirugía estética en la que le pusieron una banda gástrica, Kiko Rivera sorprendió a todos asegurando que la fuerte depresión que sufría le obligaba a retirarse de los escenarios. Pero antes, se supone, grabó la edición de Ven a cenar conmigo Gourmet Edition que ahora mismo está emitiendo Cuatro.
El parte médico de Kiko Rivera, un escudo contra las demandas
Kiko Rivera comentó en uno de los anteriores programas cómo había vivido su gran pérdida de peso y como esto le había cambiado la vida. «Me he hecho una banda gástrica y he adelgazado 30 kilos, pero aún me queda para estar como tú», le decía a Julio José Iglesias. «Date cuenta que yo ahora como mucho menos. Antes comía y bebía más, pero ahora después de la operación no puedo. Me han puesto en el estómago como si fuera el alambre del pan Bimbo. Eso me provoca que cuando como demasiado tengo que ir corriendo al baño», avisó Kiko. Lo que sí dejó claro es que «me ha cambiado la vida. No solo en el aspecto físico, sino que ahora me encuentro mejor y estoy hasta más simpático».
En la última cena, Julio José Iglesias tiró de practicidad para elaborar un menú que por el momento, a falta de que Kiko Rivera demuestra sus faceta culinaria y su maestría como anfitrión, ha conseguido ser el más votado con unos macarrones con queso (vale que con 25 tipos de queso), una hamburguesa y unos donuts de postre. Y Kiko Rivera sorprendió al resto de concursantes y a los telespectadores con una inesperada confesión sexual. «Me acosté con una chica sin saber que antes se llamaba Agustín», aseguró. «Yo salí por una discoteca y conocí a una muchacha guapísima, nos fuimos a su casa», prosiguió. «Era la época de Semana Santa y cuando salí con la banda de la Esperanza de Triana se acerca ella y luego se me acerca uno de la banda a decirme: 'Kiko, ¿sabes quién es esta? Esta persona iba a mi colegio y se llamaba Agustín'», confesó, insistiendo en que «yo no me di cuenta, ni yo ni nadie».
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