La Voz

1,08 millones de metros cúbicos de hormigón y 420.000 toneladas de acero, cantidad suficiente para construir 60 veces la torre Eiffel. Los amantes del programa Megaconstrucciones ya habrán oído hablar de este nuevo coloso chino. 55 kilómetros de puente sobre el delta del río de la Perla para batir un nuevo récord. Las obras del proyecto para unir Hong Kong, Zhuhai y Macao comenzaron en el 2009 y están prácticamente listas para una nueva demostración de poder del faraónico régimen de Xi Jinping. Pero tras una inversión que algunos medios estiman entre 12.000 y 16.000 millones de euros, muchos siguen sin ver con buenos ojos este puente que permitirá reducir el tiempo de recorrido entre los tres puntos de tres horas a tan sólo treinta minutos.

El macroproyecto consta de una serie de puentes y túneles que conectan las ciudades de Hong Kong, Macao y Zhuhai, uniendo las dos orillas del delta del río de la Perla.  Además se construirá una isla artificial que es donde estará el puerto de entrada a China y Macao, y que se dotará con una línea de transbordadores y canales subterráneos urbanos para los pasajeros. En el parte más cercana a Hong Kong se ha optado por la construcción de un túnel, siete kilómetros de recorrido bajo el agua en una área donde su ubica el mayor número de rutas marítimas y sometida a fuertes corrientes y tifones.

Las autoridades chinas aseguran que reforzará los intercambios comerciales conectando las dos orillas del Estrecho, pero algunos consideran que esta obra lanzada es en realidad un medio del régimen chino para aumentar su control sobre Hong Kong. En virtud del acuerdo de retrocesión del territorio en 1997, Hong Kong goza de libertades inexistentes en el resto de China, aunque sus dirigentes han endurecido el discurso ante una serie de protestas y la aparición de un tímido movimiento independentista.

Para algunos hongkoneses, un enlace por carretera con Macao no era una prioridad en Hong Kong, cuando hay problemas urgentes que resolver como la escasez de vivienda o la brecha en la distribución de la riqueza. «Hong Kong no lo necesita realmente. Tenemos enlaces aéreos, terrestres y marítimos con China continental», afirma la diputada prodemocracia Claudia Mo.

A ello hay que unir las críticas de los grupos ecologistas sobre las técnicas de dragado utilizadas, que pueden haber impactado directamente en la reducción del hábitat de especies como el delfín blanco chino. De hecho hace unas semanas, varias asociaciones denunciaron que parte de los bloques de hormigón que protegían una de las islas artificiales se habían despegado y se habían quedado flotando en el mar.

Sufragado a tres bandas entre los gobiernos de China, Hong Kong y Macao, ha convivido con retrasos, gastos añadidos y polémicas políticas. Su construcción arrancó en 2009 y la inauguración lleva más de un año de demora. Esta colosal obra de ingeniería se ha visto empañada por retrasos, sobrecostes y recientemente por un escándalo de seguridad, al descubrirse que se realizaron controles falsos durante su construcción. 19 empleados de un subcontratista del gobierno hongkonés han sido acusados de haber falsificado las pruebas de resistencia del hormigón utilizado. Uno de ellos se encuentra en prisión. Además, desde el 2011, se han registrado 369 accidentes de trabajo en las obras, en las que murieron nueve personas.

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La nueva obra faraónica china: un puente de 55 kilómetros para unir Hong Kong y Macao