La mansión que nadie se atreve a comprar
Por ese precio es imposible encontrar ninguna vivienda de esas característas en la zona. Pero su pasado no pone nada fácil la venta
La Voz
Una mansión de casi 200 metros cuadrados para restaurar y con más de 6.000 metros de terreno. «Entrada, sala de estar doble, cocina amplia, sala de estar y seis dormitorios, uno de ellos en la planta baja. La vivienda también incluye un gran salón de verano», reza el anuncio. El precio, teniendo en cuenta que está en un zona selecta a unos 50 kilómetros de París, no está nada mal: 450.000 euros. Pero el anuncio añade un detalle más: «vivienda cargada de historia». Y ahí está la clave. Ese es el motivo de que esta bonita propiedad no siga las tendencias del mercado inmobiliario en Gambais y a pesar de su precio nadie quiera comprarla.
Su pasado tiene nombre y apodo. Henri-Désiré Landru, también conocido como el barba azul de Gambais. Fue el primer asesino en serie del siglo XX en Francia y la policía calcula que llegó a matar entre 117 y 300 mujeres. Publicaba anuncios en el periódico para atraer a las mujeres que se habían quedado viudas por la guerra. En su papel de excelente y educado pretendiente ofrecía falsas esperanzas de matrimonio para, poco después, asesinar a sus prometidas y quedarse con su fortuna. «El móvil fue siempre económico. Por eso, las víctimas eran viudas que habían perdido a sus esposos en el frente y que recibían una pensión», explicaba hace unos meses, Éric Yung, comisario científico de una exposición sobre el impacto del caso.
Algunas de sus víctimas fueron asesinadas en esta mansión de Gambais, en la que Landru residió entre 1915 y 1919. En esta propiedad se encontraron 295 huesos humanos semicarbonizados, más de un kilo de cenizas y 47 piezas dentales de oro guardadas en un cajón. Al menos, siete víctimas diferentes.
Durante los dos años de juicio, Landru nunca confesó la autoría de ninguno de los asesinatos que le atribuía la policía. Su manía de escribirlo todo y de guardar los objetos de sus víctimas para revenderlos fue lo que consiguió inculparlo. Finalmente, en noviembre de 1921 fue condenado por los once asesinatos que consiguieron ser probados. Tres meses más tarde, el barba azul de Gambais fue guillotinado en la cárcel de Versailles. Unas horas antes de ser ejecutado, se reunió con su abogado y le confesó que nunca revelaría su secreto porque formaba parte de su «bagaje personal».
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