El día que Manuela Carmena «encerró» en casa a Esperanza Aguirre

La portavoz del PP en Madrid se erige como la gran damnificada por el protocolo contra la contaminación. «Estoy aquí encerrada», se quejó en unas declaraciones radiofónicas. La política popular, que vive en pleno centro de la ciudad, aseguró que no podía salir de casa porque todos los coches aparcados en su garaje tienen matrícula par. Y Twitter le dio la réplica


Mala época la Navidad para las relaciones entre los populares y Manuela Carmena. La exdiputada Cayetana Álvarez de Toledo se la juró el pasado enero a través de Twitter -«No te lo perdonaré jamás»- después de que su hija de seis años, extrañada ante el multicultural espíritu navideño de la alcaldesa, le comentase que el traje del rey Gaspar no era de verdad. Ahora es Esperanza Aguirre quién carga contra la de Ahora Madrid, cabreada con el protocolo antipolución que este jueves limitó en el centro de la capital la circulación de los vehículos con matrícula par.

Curiosamente, todos los coches que duermen en el céntrico garaje de la portavoz del PP en Madrid, que reside en pleno Malasaña, cumplían los requisitos establecidos por el consistorio para permanecer apagados este 29 de diciembre. Aguirre lo tuvo claro. Conspiración al canto. La medida para reducir la contaminación en la capital no era más que una estrategia de su enemiga íntima para mantenerla atrapada en casa. «Fíjese que mala suerte tengo yo, vivo en una casa en la que vive también un hijo mío. Pues mi hijo y su mujer tienen matrícula par. Yo y mi marido, también con matrícula par. Estoy aquí encerrada», lamentó la política en unas declaraciones a esRadio

Apeló la portavoz del grupo popular al miedo. «En este momento hay personas atrapadas dentro de la M-30 que no pueden salir de vacaciones (...) La gente está asustada», censuró. Porque para la del PP, que recuerda que todos los puntos de control ofrecen cifras de calidad buena del aire, la restricción tiene que ver más con la ideología que con el medio ambiente, responde más a un capricho de determinadas personas por conseguir un centro sin coches que a un plan para achicar la boina densa y gris que cubre la ciudad. Parece que quieren que la gente compre en los centros comerciales de la periferia, apuntó Aguirre para argumentar su parecer.

Y Twitter, que este jueves estaba sembrado con los coches y Madrid, no ha sido capaz de morderse la lengua. Pronto, las quejas y las quejas sobre las quejas dejaron sitio a los memes, pero también a la indignación sobre las declaraciones de la concejala madrileña. 

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