¿Pero quién es la amante del marido de Beyoncé?

La artista ha armado un descarnado álbum sobre la infidelidad a golpe de indirectas. En sus letras habla de una tal Becky, que sus fans pronto han identificado como la diseñadora Rachel Roy. ¿Y si se equivocan? ¿Y si la del «pelo bonito» es otra?


Beyoncé canta, despechada, en Lemonade: «Mirando mi reloj / él debería estar ya en casa / me arrepiento del día en el que me puse el anillo / mi padre me advirtió sobre los hombres como tú / las promesas no funcionan así / nada me hace más daño que la sonrisa en tu cara». Las dudas, por si quedaban algunas, se disipan más adelante: «Mejor que llame a Becky la del pelo bonito». A estas alturas de la película, tras asimilar las letras de su nuevo disco -lanzado por sorpresa la noche del sábado al domingo-, la incógnita no es de qué habla Beyoncé, sino de quién.

Sabíamos que el matrimonio formado por la diva estadounidense y Jay-Z no atravesaba sus mejores momentos. Que los escarceos del rapero le habían costado más de un disgusto a Bey; que ya hace un par de años su hermana Solange la emprendió a patadas con él en un ascensor, tras la fiesta del Metropolitan Museum de Nueva York, al parecer tras pillarlo en un desliz; que la pareja acudió a terapia; y que, en definitiva, la artista y el también productor estaban lejos de ser el tándem perfecto. Al menos sentimentalmente. 

Poco después de aquel desagradable encontronazo entre cuñados, Beyoncé y Jay-Z hicieron público un comunicado en el que insistían en que «las familias tienen problemas». Y ellos no iban a ser distintos al resto. «Nos amamos y ante todo somos familia -explicaron-. Dejamos esto en el pasado y esperamos todos hagan lo mismo». Tras escuchar Lemonade, está claro que, aunque la intención era buena, no quedó en el pasado. Bey ha articulado un potente disco alrededor del adulterio, el embuste y la trampa; un terapéutico trabajo en el que, sin ningún tipo de reparo, apunta hacia una tercera persona, una tal Becky, poseedora de una envidiable melena, que sus fans pronto han identificado como la diseñadora Rachel Roy. Razones no les faltan. Tras asistir a esta confesión en forma de canciones, la exmujer del antiguo socio de Jay-Z publicó una inequívoca foto en Instagram, que poco más tarde borró, devolviéndole la pelota a la artista. 

Los hooligans de Beyoncé llevan cuatro días haciéndole la vida imposible a Roy en las redes sociales a base de descalificativos, reproches y emoticonos de limones y abejas -a los seguidores de la artista les gusta identificarse con este animal por el parecido de la pronunciación de la palabra inglesa, «Bee», y su inicial-. Pero podrían estar mirando en la dirección equivocada. El ala más desconfiada de sus incondicionales baraja un nuevo nombre: el de Rita Ora.

De nuevo, una foto ha sembrado la duda. La vocalista británica publicó en Snapchat una instantánea en la que lucía un sujetador con limones y un colgante con la inicial «J», dos pequeños, pero significativos detalles que propiciaron todo tipo de ataques e improperios.

El caso es que esta no es la primera vez que se relaciona a Ora con Jay-Z. Los primeros rumores fueron aireados en el 2014. Por entonces, la inglesa trabajaba con la discográfica del productor. Un año más tarde, algo sucedió. Y Rita denunció a la compañía solicitando la liberación de su contrato.

¿Y qué dice Ora al respecto? También ella se ha posicionado sobre el culebrón Beyoncé en las redes sociales: «Normalmente no hablo de los chismes, pero déjenme ser clara, estos rumores son falsos». Contundente.

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