Paul McCartney vetado en una fiesta tras la gala de los Grammy

Haber formado parte de los Beatles e incluso haber sido nombrado Sir por la reina Elizabeth II no fueron credenciales suficientes para que Paul McCartney lograse entrar en la fiesta privada que organizó el rapero Tyga en un local de Los Ángeles tras la ceremonia de entrega de los Premios Grammy.

Paul McCartney acudió a la puerta de The Argyle, un local de moda situado en Hollywood, acompañado por un grupo de amigos entre los que se encontraban el batería de los Foo Figthers, Taylor Hawkins y el músico Beck. Su intención era alargar un poco más la noche y unirse a la fiesta que se estaba celebrando en su interior, sin embargo el cantante británico y sus amigos se toparon con la negativa por parte de un estricto portero hasta en dos ocasiones.

El portal de noticias TMZ publicó un vídeo en el que se ve cómo se suceden los hechos. El veterano artista británico se acerca a la puerta del local y tras una primera negativa a su entrada pregunta en voz alta: «¿Cómo de famosos tenemos que ser? Chicos, necesitamos otro éxito!». Y a pesar de intentarlo una segunda vez, Paul McCartney recibe la misma respuesta.

Algo asombrados por la situación, el ganador de más de veinte premios Grammy y su grupo se suben a un coche y abandonan el local rumbo a otra fiesta, la organizada por la discográfica Republic Records, y en la que sí les permitieron pasar y codearse con estrellas como Taylor Swift, Tony Bennet o Alessandra Ambrosio.

Al término de la fiesta, Tyga fue preguntado sobre lo ocurrido y explicó que de saber que Paul McCartney estaba en la puerta le hubiese permitido el acceso aunque justificó la forma de actuar de los porteros ya que «no frecuenta el club y es de una generación distinta».