La palabra del año es... un emoticono

Ni «refugiado» ni «lumbersexual» ni «economía colaborativa» han estado a la altura. Por primera vez, el Diccionario Oxford se decanta por una imagen pictográfica 


Definitivamente, el mundo se ha vuelto completamente loco. El Diccionario Oxford ha elegido como palabra del año este 2015 un emoji, concretamente, el emoticono que se desternilla de risa. Ese que llora. Ese al que recurrimos cuando algo nos hace mucha, pero mucha gracia. Hace años que la carcajada extrema tiene representación gráfica. Ahora, además, compite en la misma liga que vocablos tan relevantes como «refugiados» o «economía colaborativa» (intercambio de bienes y servicios a través de plataformas digitales, probablemente les suene más si hablamos de Blablacar, Uber o Airbnb). No es una broma. Más bien un síntoma de lo que parece esperarnos a la vuelta de la esquina: la imagen como máxima expresión

Probablemente, nos encontremos ya en un punto de no retorno. Como mínimo, en el de inflexión. Incluso en el reflexión. ¿Por qué, paradójicamente, un diccionario, referencia del lenguaje, escoge como palabra del año algo que ni siquiera es una palabra? Porque la máxima «una imagen vale más que mil palabras» atraviesa su mejor momento. Nunca antes -en la época moderna- el ser humano había prescindido tanto de la lengua en favor de la representación gráfica como ahora. Los emoticonos, con esa apariencia infantiloide, no solo funcionan como salvavidas a la hora de hacer públicas opiniones en plataformas con caracteres limitados, sino también como muleta, anexo emocional de nuestras palabras escritas, representación, en difinitiva, de sensaciones e intenciones difíciles de describir a través del lenguaje. Y, además, se entienden tanto aquí como en la china. Aunque hablemos idiomas completamente diferentes. 

Gracias a los emojis comprendemos el tono de los mensajes. Nos ahorran malentendidos, suavizan las expresiones, las cargan de ternura, incluso de ironía. Las empapan de determinados estados de ánimos. En la era digital, en la que cuanto más breve, más rápido y más efectivo, mejor, el diccionario de emojis se ha convertido en nuestro mejor aliado. Y, por si alguien tenía todavía alguna duda de ello, el glosario de Oxford nos explica las evidencias que le han llevado a tomar tal sorprendente conclusión.

El célebre diccionario desarrolla la idea de que los emoticonos «ya no están reservados a adolescentes que envían mensajes de texto, sino que se han acogido como una forma de expresión matizada que puede cruzar barreras idiomáticas». Pone de manifiesto que solo el uso de la plabra emoji -presente en el inglés desde 1997- se ha triplicado entre el 2014 y el 2015. Y, tras aliarse con la empresa de tecnología móvil Swiftkey, ha chequeado los datos de uso de los iconos más populares. El de la cara que se monda de la risa es, con diferencia, el más recurrido. El segundo, el del besito con el corazón.

El emoji amarillo con lágrimas de risa suma el el 20 % de todos los utilizados en el Reino Unido y el 17 % en Estados Unidos, subiendo desde el 4 % y el 9 % respectivamente en el 2014. Sabemos que la sevillana, el grito, las manos dando palmas, el bíceps, la cara con una lagrimilla y el monito tapándose los ojos cuentan con papeletas para ocupar el podio el año que viene. Pero, ¿cuál de todos es el vuestro? ¿cuál es el emoticono que más usáis?

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