La luna roja de septiembre y otras teorías sobre el «inminente» fin del mundo

La NASA tuvo que desmentir que un asteroide gigante impactaría entre los días 22 y 28 de este mes en Puerto Rico, pero no es la única señal del supuesto apocalipsis 


El fin del mundo parece que vuelve a convertirse en centro de todas las miradas. Desde hace unos meses, una teoría apocalíptica recorre la red para alertar a los terrestres de que el final puede estar cerca. Entre los días 22 y 28 de septiembre, un armagedón -que tendría lugar después del impacto de un asteroide gigante cerca de Puerto Rico- provocaría una serie de terremotos en cadena y un brutal cambio climático que acabaría exterminando a la civilización tal y como hoy en día la conocemos.

Pero, ¿quiénes fueron los encargados de dar la voz de alarma? Un grupo de teóricos bíblicos fueron los que encendieron una mecha que se ha extendido a un ritmo vertiginoso a pesar de no contar con ninguna base verídica que pudiera dar qué pensar. Tras el revuelo montado, la propia NASA ha tenido que ser la encargada de portar la manguera que apagó los fuegos que se avivaban con el paso de los días. «La NASA no conoce ningún asteroide o cometa que actualmente se encuentre en curso de colisión con la tierra, así que la probabilidad de ese choque es verdaderamente pequeña», aseguraba un portavoz de la organización hace unas semanas. Y por si todavía queda alguna duda, los expertos de la agencia se mostraron aún más categóricos: «De hecho, por lo que podemos decir, no hay ningún gran objeto con posibilidad de impactar en la Tierra en ningún momento de los próximos cien años».

Pero los teóricos bíblicos también tienen algo que decir al respecto. Según este grupo de catastrofistas observadores, estas declaraciones también se inscriben en la estrategia que los líderes mundiales se han preocupado en mantener: guardar la información sobre el fin del mundo en secreto para no provocar el pánico en las masas y permitir, además, que los «ricos y poderosos» tengan suficiente tiempo para prepararse para el evento, «almacenar comida y edificar refugios de protección» solamente para sí mismos. 

El autoproclamado profeta Efrain Rodríguez, quien dice haber recibido el mensaje nada más y nada menos que con un mensaje directo por parte de Dios, el asteroide, que será detectado pronto por los sistemas de la NASA, impactará contra Puerto Rico y devastará, como consecuencia, la costa este de Estados Unidos, México y América central y del sur. 

Pero todavía hay más. Y es que la noche del 27 al 28 de septiembre el cielo se teñirá de color rojo a causa de una «Luna de sangre». Mientras que algunos solo ven un simple eclipse (el cuarto del final de una tétrada), otros ven cumplida la profecía bíblica del apocalipsis. Es el caso de John Hagee, pastor evangélico radical, que lleva varios meses afirmando que la tétrada es una señal del fin: «Las siguientes cuatro lunas de sangre apuntan a un evento que sacudirá al mundo y sucederá entre abril del 2014 y octubre del 2015». Las pruebas que ellos muestran se encuentran en la Biblia, una referencia que se puede leer en libro de Joel versículo 3, 3-4: «Pondré señales en el cielo y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, la luna, en sangre ante el Día del Señor que llega, grande y terrible».

La llegada del fin del mundo no es, sin embargo, una predicción nueva. Son muchos los que llevan un tiempo poniéndole fecha cercana al temido apocalipsis. Los que más temores consiguieron sembrar fueron los que apuntaban a finales del 2012 como la fecha más segura del principio del fin. Un nutrido grupo de personas pensaron que el fin del mundo preconizado por los mayas sucedería, mientras que otro nada discreto grupo consideró que el final llegaría con el Gran Colisionador de Hadrones del CERN. ¿La razón? Que el logo de este avance, que contiene «un 666, el signo de la bestia en un círculo», así como el parecido del aparato «a un ojo que todo lo ve o una puerta espacial» eran suficientes indicios de que esta era la máquina del diablo.

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