El pasado oculto de Risto Mejide: del Opus Dei al CNI

El controvertido presentador sentó en el «Chester» a la periodista Pilar Urbano y al exdirector del CNI, Jorge Dezcallar


El controvertido publicista Risto Mejide se sentó de nuevo en el Chester para entrevistar a la periodista Pilar Urbano y al exdirector del CNI, Jorge Dezcallar. Dos entrevistas que sirvieron a Mejide para abrirse en canal y revelar información de su pasado que quizá sirva para entender al miembro del jurado más temido.

La primera en sentarse fue la periodista Pilar Urbano, autora de la biografía autorizada de la Reina Sofía. La charla entre ambos comenzó de lo más tensa a causa del matrimonio homosexual, en la que la periodista afirmó con rotundidad que «Dios creó varón y hembra para que procreásemos juntos. Ahí no puede haber procreación». Mejide no pudo quedarse callado ante tal afirmación y mostró clara su postura de que «cada uno puede elegir la persona con la que ser felices y tener hijos, o que puedan hacer lo que quieran».

Pero el momento más revelador de la entrevista llegó con la confesión de Risto Mejide sobre su relación con el Opus Dei y que servirían para entender muchas cosas del carácter del presentador. Ante Pilar Urbano, conocida miembro numerario del Opus Dei, el presentar quiso revelar que, con 15 años, estuvo a punto de convertirse en miembro numerario del Opus. «Nunca lo he contado» comenzó confesando Risto y arrancó su relato reconociéndose como «un adolescente de 15 años, solo, sin amigos, con problemas familiares, en un colegio del Opus Dei, en el que únicamente estudiaba, en el que no se relacionaba en el que estaba el Risto asocial, el mismo que soy ahora, pero con 15 años. Un chaval que únicamente necesitaba cariño. Un cariño que creyó que le daba la Obra. Un cariño que fue una mentira».

El Risto que se encontraba solo, de repente, empezó a notar cómo unos chicos se hacían amigos de él. El propio publicista reconoció qué, en ese momento, se dijo a sí mismo « joder, qué bien, soy un triunfador social, tengo amigos». Tras un viaje a Roma con la Obra, Risto le confesó que «les dije a mis padres que quería entrar en la Obra, que quería ser numerario», reconoció ante la atenta mirada de Pilar Urbano. Sus padres no se negaron, pero su madre le puso una condición, le dijo que le permitiría ser miembro numerario pero esto sería tras el verano, tras un verano que le organizaría ella. Risto aceptó, puesto que no entendía qué podría haber de malo en eso. Pero sin embargo, aquel verano fue el punto de inflexión, porque fue «el verano del amor, en el que descubrió a las italianas...».

Fue entonces cuando Risto Mejide analizó desde la distancia el motivo por el que quiso ser un miembro numerario del Opus Dei. «A mi me gustaba que me quisieran, lo que busca un chaval de 15 años. Se aprovecharon de eso para intentar captarme (…) Gracias a eso desde entonces me volví muy desconfiado». 

Una profesión frustada

La noche de las revelaciones de Risto Mejide no finalizó con Pilar Urbano. El segundo en sentarse en el Chester fue Jorge Dezcallar, exdirector del CNI. Durante su charla con el que fue además embajadro en Marruecos y Estados Unidos, y el primer civil en ocupar el cargo de director del Centro Nacional de Inteligencia, el implacable miembro del jurado reconoció que había intentado entrar en el CNI. «¿Sabes que yo intenté entrar en el CNI? Además cuando tú estabas», le dijo Risto a Dezcallar.

En aquel momento, Risto Mejide debía decidir si realizaba las pruebas para entrar en el Centro Nacional de Inteligencia o se dedicaba a la televisión. «Había unas pruebas psicotécnicas que duraban ocho meses... Me dijeron todos eso y pensé que era muy largo. Lo de la tele lo vi más rápido», bromeó y continuó «creo que con muy buen criterio no me dejasteis. Porque era: o entraba en el CNI o me dedicaba a la tele».

El propio Jorge Dezcallar explicó cómo se desarrollan algunas de las pruebas a las que son sometidos los agentes de los servicios secretos. «Te plantaban en la Gran Vía y te decían: aparezca usted en aquella ventana en tres minutos. A ver cómo entra en una casa particular y cómo convence al dueño de que el deje asomarse a la ventana. Hay gente que sirve para unas cosas y gente que sirve para otras».

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