Los asuntos sexuales que Ana Frank quería esconder

El diario de Ana Frank esconde varios chistes verdes que ella misma ocultó


Ana Frank tenía 13 años, se escondía de los nazis en una buhardilla de unos almacenes de Ámsterdam junto a su familia y decidió escribir un diario (en realidad cinco libros y varias hojas sueltas) al que llamó Kitty. Se publicó por primera vez en 1947 y, desde entonces, se ha convertido en uno de los libros más leídos de la historia.

Ahora, décadas después, hemos descubierto qué escondían las páginas que la adolescente decidió tapar pegando papel de estraza por encima. La tecnología actual de procesamiento de imágenes ha permitido, por fin, descifrar lo escrito bajo ese papel adherido a dos páginas.

«A veces me imagino que alguien puede venir a mí y pedirme que le informe sobre asuntos sexuales», escribió Frank en holandés. «¿Cómo lo haría?"», ella intenta buscar una respuesta, dirigiéndose a un oyente imaginario con un tono elevado, usando frases como «movimientos rítmicos» para describir el sexo, y «medicamento interno» para referirse a la anticoncepción. Sobre la prostitución escribe: «Todos los hombres, si son normales, van con mujeres, mujeres que les abordan en las calles y se van juntos. En París tienen grandes casas para eso. Papá ha estado ahí». Ana describe cómo a una mujer joven le viene la regla aproximadamente a los 14 años de edad, diciendo que «es un signo de que tiene la madurez para mantener relaciones con un hombre, pero por supuesto nadie hace eso antes de casarse».

Los investigadores han descubierto en las dos páginas chistes como: «¿Sabes por qué las mujeres alemanas de la Wehrmacht están en Holanda? Como colchón de los soldados». Otro chiste señala que «un hombre tenía una mujer muy fea y no quería tener relaciones sexuales con ella. Una tarde volvió a casa y vio a su amigo en la cama con su esposa. Entonces el hombre dijo: ¡A él le gusta y a mí me toca hacerlo!».

Peter de Bruijn, investigador principal del Instituto Huygens de Historia de los Países Bajos, uno de los socios en la investigación, dice que las páginas recién descubiertas no son significativas por su contenido sexual, porque Ana Frank explora asuntos similares en otras partes del diario, a menudo en términos aún más explícitos.

Señala que estas páginas son importantes porque muestran la primera incursión de Frank en el intento de escribir en un tono más literario.

«Comienza con una persona imaginaria a la que le está hablando sobre sexo, por lo que crea una especie de ambiente literario para escribir sobre un tema con el que tal vez no se sienta cómoda», sostiene.

Sobre su decisión de publicar unas páginas que Ana Frank claramente quería mantener ocultas, el Museo dijo que su diario, un documento de patrimonio mundial registrado por la Unesco, tiene un gran interés académico. Pero agregó que esas páginas «no alteran nuestra imagen de Ana».

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