El secreto de Zuckerberg estaba bajo su trasero

Lo que no se vio de la comparecencia del fundador de Facebook ante el Congreso de Estados Unidos


Sabía que todas las miradas iban a estar puestas en él, que cada palabra y cada gesto iban a ser analizados con lupa... Y así fue.

La comparecencia del fundador de Facebook en la Cámara de representantes del Congreso en Estados Unidos ha dejado grandes titulares como el momento incómodo en el que le preguntaron a Zuckerberg dónde había dormido esa noche.

Pero, lejos del contenido en sí de esa declaración por la filtración masiva de datos personales de millones de usuarios, el análisis de la trastienda tuvo como escenario, precisamente, la principal competencia de Facebook: a los usuarios de Twitter no se les escapó ningún detalle.

Desde el traje azul marino con camisa blanca y color de un tono más claro (color «azul Facebook» para algunos) hasta los papeles que Zuckerberg tenía sobre la mesa.

Uno de los principales detalles estaba oculto (aunque en plena era digital es imposible esconder nada): el fundador de Facebook se sentó sobre un aparatoso cojín colocado en la silla.

Los internautas no tardaron en darse cuenta y, entonces, comenzaron las bromas sobre la utilización de esa antigua tecnología para hacer que Zuckerberg pareciera más alto.

Más de cuatro horas de comparecencia en las que Mark Zuckerberg no quiso parar para hacer un descanso como le propusieron en más de una ocasión. Un gesto que tampoco pasó desapercibido y volvió a resucitar una vieja teroría: Zuckerberg no es humano, es un robot. «No te olvides de beber agua, a los humanos les gusta el agua».

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