Cosas que dan mucho más miedo que Halloween

Posts públicos de nuestros progenitores, conocimientos prematuros de series de televisión o tensos grupos de Whatsapp también provocan que una generosa gota de sudor frío recorra lentamente nuestra espalda


1 La nueva cara de Camilo Sesto

Si estás buscando un disfraz de Halloween no lo pienses más: si vas de Camilo Sesto vas a triunfar. Al cantante se le pasó la mano (otra vez) con el bótox. O con la cirugía estética. O con las dos cosas. La juventud de los setenta lo siguió por su rostro angelical y por sus melódicas canciones. Pero aunque el talento musical permanece casi intacto, los efectos de la neurotoxina han dejado una amarga huella en la cara del cantante.  

2 Ratas, cucarachas y serpientes

Eres todo un machote o la más valiente del mundo, pero tan pronto como ves aparecer uno de estos pequeños bichos correteando por el suelo, te conviertes automáticamente en la persona más cagona de la zona. No disimules, el hecho de que te hayas encaramado a un armario te delata. Y todo por lo que ves como un monstruo amenazador y no es más que un ratoncito de campo que te teme más que a nada. Pues espera a que te cuente lo fácil que lo tienen ratas y serpientes para llegar hasta tu inodoro. Ni en la paz de tu retrete te vas a librar de tus pesadillas.

3 Los malditos grupos de Whatsapp

¿Recuerdas lo divertido que era que era que alguien te añadiera a un grupo de Whatsapp? ¿La de risas que te echabas con los amigos o la familia? Pues seguro que ahora mismo estás en un par de grupos en los que desearías no haber caído jamás. Y no solo por la cantidad de memes, fotos chorras y estupideces que comparten los integrantes TODO el día, sino porque ya no soportas al gracioso de tu cuñado que parece que no tiene otra cosa que hacer. Lo peor es que no hay forma de salirte de puntillas. Y aunque te armes de valor y abandones, siempre habrá alguien que te traiga de vuelta al infierno.

4 La hija de Carrie y Brody

Tal vez no sea políticamente correcto decir que un bebé es feo o poco agraciado. Pero casi todos los seguidores de Homeland coinciden en que la hija de Carrie y Brody parece sacada de una película de terror. Es verdad que la criatura no tiene la culpa, pero tampoco podemos negar que inspira de todo menos ternura. Y para más inri es pelirroja, la pobre. No nos extraña que su propia madre se la quisiera cargar. Ups, esto último es spoiler

5 Que te spoileen tu serie favorita

Han emitido la noche anterior el último capítulo de tu ficción preferida. Ya lo tienes todo preparado para llegar a casa, hacerte una cena ligera, servirte un vino tinto, taparte con la mantita en el sofá y disfrutar de un intenso final. Pero has cometido un error imperdonable. Tenías que haber dicho en tu trabajo que tienes unas décimas de fiebre para haber visto el episodio ya de buena mañana. Abres el Twitter a media tarde y, automáticamente, te enteras justo de lo que no querías conocer de antemano. Un plan chafado más.

6 Que tu madre publique en tu Facebook

Admítelo, cada vez que recibes una notificación de que tu madre ha posteado algo en tu Facebook se te paraliza momentáneamente el corazón y no recuperas la normalidad de los latidos hasta que consigues entrar a tu cuenta. La posibilidad de que tu mamá, con toda su buena intención, cometa alguna indiscreción en tu muro te pone los pelos de punta. 

7 Que tu pareja te coja el móvil

Si, sí, la confianza es muy importante en la pareja y todo lo que queráis. Pero sabes que tu móvil es tuyo. Aquel día, mientras te duchabas y esperabas el mensaje de Fulano que te decía dónde quedar, le dijiste tu clave de desbloqueo para que ya mirara el Whatsapp por ti. Y sabes que la cagaste. Así que ahora, cada vez que ves tu smartphone cerca de sus manazas, ya no hay quien te quite esos sudores fríos.

8 «Tenemos que hablar»

El miedo está ahí. Sabes que es fácil que una conversación empiece con esa frase aparentemente positiva (porque es una llamada a la siempre importante comunicación) y termine con un «no eres tú, soy yo». Algo está pasando y tú ni siquiera te habías enterado. Lo peor no es solo el dramón posterior, sino también que es probable que tu pareja ya lo lleve tiempo pensando y tenga claro cómo va a continuar con su vida. Y esa mudanza que te espera...

9 Que tengas un retraso

No paras de repetir que ojalá no tuvieras la regla nunca más, pero el día que falta, ¡te cagas! También a tu pareja le da instantáneamente un jamacuco. Juraríais que nunca os olvidasteis de la protección, pero en ese momento ya no hay nada claro. Empiezas a hacer la cuenta de la lechera, pero al revés, pensando en gastos, mudanzas y coches más grandes. Eso sí, el día que regresa, no tiene precio.

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