¿Dónde será el próximo gran terremoto?
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El riesgo de seísmo en Ecuador era alto. Antes de que sucediesen en el 2010 y en el 2015, también se esperaban movimientos de tierra en Chile y en Nepal. ¿Es posible conocer con antelación dónde va a ocurrir el siguiente gran temblor?
20 Apr 2016. Actualizado a las 20:19 h.
Es imposible señalar cuándo, pero no dónde. La Tierra se agita cada cierto tiempo para liberar energía acumulada desde su formación y lo hace con mayor frecuencia en los bordes del Pacífico, una zona, conocida como el anillo de fuego, con una intensa actividad sísmica producto del choque de la placa continental y la oceánica.
Ecuador, cercana a una región en la que interactúan placas más pequeñas, hundiéndose unas bajo otras, es una de las áreas más inquietas, pero no la única. Toda la costa del Pacífico es susceptible de sufrir grandes sacudidas. El riesgo es más alto que en otros puntos del planeta. ¿Significa esto que se puede predecir dónde será el próximo gran terremoto?
Tras el seísmo del pasado domingo en Ecuador, el más destructivo del país de las últimas tres décadas con un balance de más de 400 muertos, una alerta difundida a través de Whatsapp ha encendido todas las alarmas. En el mensaje, «científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México» previenen sobre un futuro terremoto que, dicen, afectará al país azteca y a Estados Unidos. La información ya ha sido desmentida oficialmente por el Servicio Sismológico Nacional, desde donde insisten en que los sismos no se pueden predecir.
Ante el bulo también ha reaccionado Víctor Manuel Cruz Atienza, jefe del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, desmintiendo la alerta y tranquilizando a la población. Explica que México está enclavado en una región tectónicamente muy activa que, independientemente de los movimientos de tierra ocurridos en Ecuador y Japón esta última semana, seguirá desencadenando terremotos de gran magnitud. Asegura, sin embargo, que no debe esperarse nada especial en este territorio como consecuencia directa de estos últimos sismos.
«Es casualidad que en los últimos años cierta actividad sísmica mayor haya ocurrido en marzo y/o abril; no hay ninguna relación causal entre las épocas o temporadas del año y la ocurrencia de sismos. Si bien las mareas terrestres (deformación que sufre nuestro planeta por el campo gravitacional de la Luna) tienen implicaciones sutiles en la tasa de sismicidad de baja magnitud, no hay correlación entre los grandes sismos que puedan ocurrir en las zonas de subducción y la temporada del año», aclara.
Es, por tanto, imposible adivinar en qué momento habrá una nueva sacudida. Pero sí sabemos en qué zona será. El Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, dependiente del CSIC, se encuentra en la actualidad estudiando una región en Japón. «Allí toca un gran terremoto, de magnitud alrededor de 8, pero no podemos precisar si va a ser ahora o en una década -explica una de sus investigadoras, María José Jurado Rodríguez, al portal Hipertextual-. Sabemos que se está acumulando energía y se liberará con una falla, terremoto y un posible tsunami en algún momento próximo». Los Ángeles y San Francisco también se encuentran en la lista roja.
Con estos datos, los expertos trabajan principalmente en mejorar las construcciones, elaborar planes de evacuación y sistemas de alerta, e instruir a la población para reaccionar de manera adecuada ante este tipo de catástrofes. «Los terremotos no causan víctimas en general -matiza la científica-. Son las construcciones que se derrumban lo que causa víctimas».