Novo

¿Qué le pasa al pelo de Donald Trump?

Tienes que verlo

La Voz

Los expertos no se ponen de acuerdo sobre la frondosa cabellera rubia del candidato republicano, pero dos cosas están claras: ni está calvo ni lleva peluquín

17 Mar 2016. Actualizado a las 12:12 h.

Lo ha jurado mil veces: «No uso peluquín, es mi cabello». Una vez, durante un mitin, incluso se prestó a que una mujer le tirase del tupé para demostrar así que de peluquín, nada. En otra ocasión, Channel 4 le convenció para que se quitase su gorra y mostrase su raíz. Prueba superada. El pelo no se le movió del sitio. Donald Trump presume de melena leónina y sansónica, un matojo lacio y pajizo que se ha convertido estas primarias en fuente de memes -hay incluso un perfil de Twitter sobre su pelo- y todo tipo de apodos. Porque una cosa está clara: a los 69 años esa poblada cabellera es cuando menos sospechosa. Bien, no es una peluca. Tampoco está calvo. Pero, ¿es natural la media melena áurea del magnate norteamericano?

«Al menos este pelo es mío y no voy a hablar de cirugías estéticas», le espetó Trump a Cher después de que esta cuestionase su candidatura a la presidencia. Los expertos capilares, sin embargo, no acaban de ponerse de acuerdo. Según un concienzudo análisis del portal Business Insider, el multimillonario podría haberse sometido a una intervención que consiste en retirar la zona calva de su cuero cabelludo y estirar la piel en la que aún nace pelo para cubrir el hueco. Sin embargo, un experimentado estilista, también citado por el medio británico, mantiene que todo es natural. El propio Donald Trump se sinceró sobre el tema con la revista Rolling Stone en mayo del 2011: «Me lavo el pelo y lo dejo secar al aire -explicó-. Tarda apróximadamente una hora. Entre tanto leo el New York Post o veo la Fox. Después me lo peino, con un peine. ¿Me lo peino hacia adelante? No, no me lo peino hacia delante». 

JIM YOUNG | REUTERS

«No tengo una mala línea capilar -continúa el texto de la revista-. Si lo piensas bien no está tan mal. Quiero decir, muchos me acusan de ser un comb-over (el peinado Anasagasti, es decir, al que recurren algunos hombres calvos para taparse el cráneo con el resto del pelo), pero no se trata de ese estilo. Es más bien un poco hacia adelante y hacia atrás, que es como me lo he peinado durante años: adelante y atrás, siempre igual».


Comentar