Novo

Álvaro de Marichalar, en medio de la polémica por un viaje en Blablacar

Qué se cuece

La Voz Redacción

El excuñado de la infanta Elena estalla contra una compañera de viaje que definió su encuentro en el coche compartido como «una pesadilla»

31 Oct 2016. Actualizado a las 13:34 h.

Álvaro de Marichalar se encuentra en medio de la polémica por un viaje en Blablacar entre Soria y Madrid. El excuñado de la infanta Elena ha respondido con dureza a la compañera de viaje que definió su encuentro en el coche compartido como una «pesadilla». 

Hace unos días, la periodista Sabina Urraca contaba en su blog su periplo con Marichalar en un coche compartido. Un viaje que definió como «Pesadilla en Blablacar». Recuerda como primero Marichalar quiso cambiar el punto de recogida. «¿Hola? Mira, ¿puedes pasar a recogerme por Santo Domingo de la Calzada?», le dijo al conductor que le recordó que el punto acordado era la estación de Soria. 

«Al llegar a Soria, dos personas esperaban en la estación: una chica de unos veinte años, moderna y guapa, con su septum,... y un señor alto, como recién salido de una fiesta en Ibiza con el Conde Lecquio. Pantalón pescador de lino, castellanos sin calcetines, camisa de lino azul marina y un poco arrugada. Bronceado estridente, casi naranja», recuerda la periodista de este primer encuentro.

Ya en el coche, la periodista denuncia en su blog que Álvaro de Marichalar no paró de hablar por teléfono en un tono alto en una conversación que «giraba en torno a propiedades, eventos y euros» y que no permitía al resto de los ocupantes del vehículo seguir hablando entre ellos. 

«Sí, estoy de camino. Me están llevando a Madrid», dice Urraca que contaba Marichalar a sus interlocutores por teléfono, evitando decir que iba en un coche compartido de Blablacar.

Tras una parada para tomar café, la periodista cuenta que Marichalar le dijo que, a partir de ese momento, iba él delante y explica que se negó a ponerse el cinturón. También recuerda alguna broma de «dudoso gusto» a la joven que lo acompañaba. «A la veinteañera, le dio unos toquecitos en el septum de la nariz y le hizo una broma rancia acerca de que ella era un pescadito y estaba esperando que viniera un pescador a pillarla con un anzuelo», recuerda.

Ante estas acusaciones, Álvaro de Marichalar ha estallado y ha decidido responder mediante una carta a su compañera de Blablacar. Este es el texto íntegro que reproducen medios como El Español

«Mal afamada Sabina Urraca,

Difamar, vende en España. Calumniar resulta fácil en nuestro país. Y rentable... Mentir y manipular sale gratis aquí. Insultar es correcto si el insultado está ya previamente condenado por los prejuicios imperantes y la dictadura del 'pensamiento único' que ha robado nuestra libertad y que está dinamitando la normal convivencia en nuestra vieja Nación... La envidia y el odio es rentable en nuestra sociedad enferma de cobardía.

Ahí está Iglesias homenajeando ayer -a la fuerza- a las brigadas internacionales en el Parlamento de todos, como el sectario matón que intenta ser... Buenos y malos: se trata de vencer, ocho décadas después de perder: Ahí están las calles que rinden homenaje a uno solo de los bandos (igual de injusto que en los setenta) mientras todos callan y tiemblan ante el poder de la nueva omnipresente dictadura de lo 'políticamente correcto'.

Los insultos y las falsedades que vomitas aquí, te han hecho famosa en dos días: ¡¡Enhorabuena!! Supongo que ganarás algún vil dinero con todo esto a cambio de asesinar mi realidad y robarme la reputación tan rápida y fácilmente. Has ganado una partida que has diseñado tú solita desde el espíritu de la simple destrucción y la estéril revancha.

Tu cobarde proceder será aplaudido por quienes ya me han condenado sólo por haber nacido con unos valores y principios que odias aunque ni siquiera conoces: Ellos te apoyarán como hienas ávidas de sangre fácil y dolor permanente.

Otros; los que saben -positivamente- que tu abyecto proceder no es más que una calumnia rastrera más, no tendrán el valor de defender el honor y la verdad. Proteger valores no vende. Ni 'está de moda'.

Vives en la vacua mentalidad destructora de quien no sabe construir nada: Has tardado varios meses en comentar lo que fue un viaje estupendo de cuatro personas en el que todos estuvimos encantados hablando de mil cosas (aunque no soportabas oírme hablar por teléfono en otros idiomas; algo que se te notaba demasiado... )

Tampoco soportabas el debate donde tus argumentos tenían el mismo peso que la dignidad que impregna cada una de tus arteras balas de mentira.

No sabías hablar. No lograbas debatir. Desconocías -por ejemplo- que la proclamación -FRAUDULENTA- de la República en abril del 31 fue un GOLPE con mayúsculas. ESE fue El Golpe. Para gran desgracia de España... Franco -y la mitad de España que se levantó contra el absoluto desastre republicano- fue su consecuencia directa: Otro golpe, sí; Para gran desgracia de España. Otra vez.

Para vivir en concordia hay que conocer la historia y saber perdonar y abrazar. No sabías debatir porque disfrazabas tu pavorosa incultura con esos tópicos tan conocidos; viejos; fáciles; manidos; injustos y falsos. Los mismos tópicos que vomitas aquí.

Y los seguirás vomitando y seguirás fusilando mi alma durante todo el tiempo que dure tu cobarde y rentable partida convocada a traición...

Yo soy autónomo y no tendré tiempo de leerte más; ya ves, son las dos de la madrugada del sábado y hasta ahora no he podido ocuparme de ver toda esta pequeña basura que has diseñado durante meses y que -creo- has publicado hace tres días...

Lo que más siento es que hayas hecho tanto daño a las personas que conocen mi realidad y que me han mandado mensajes de indignación durante todo el día. Lo que más siento es que los alumnos de universidades o los reclusos de las cárceles a los que doy conferencias de superación personal, puedan temer que la mentira pueda triunfar en algún momento y que -por ello- no valga la pena luchar.

A mí ya no me duelen las balas como las tuyas; hace tiempo que logré hacerme transparente a los cuchillos de indignidad que intentaron hacerme temblar y renunciar a proclamar siempre la verdad y los principios en los que vivo.

No tengo miedo de ti; lo siento por ti. Dios te ayude. Te perdono ahora y mañana.

Álvaro de Marichalar y Sáenz de Tejada»


Comentar