«Supervivientes»: El humillante trato de Alba Carrillo a su madre

«¿Pueden llevarse a la bruja y traer a mi padre?», «Eres un lastre», «Tú no tienes vergüenza», «Vete con dignidad, por favor» y otras perlas de la exmujer de Feliciano López


Nueva hornada de Supervivientes. La nueva edición del reality de aventura de Telecinco echó a andar este jueves con la polémica más que servida. No esperaba menos el espectador. Esta extensión de Sálvame que es la isla hondureña cuenta una vez más con una selección de lo más granado del cotilleo mediático, aderezado con algún que otro rostro desconocido con cuerpo de infarto. Así funciona: convocatoria de los personajes más polémicos de turno, un par de viceversos y otro de desconocidos vinculados indirectamente con famosos de medio pelo. Pero si hay dos nombres que destaquen entre los fichajes de este año son los de Alba Carrillo y su madre. Por el ruido que ambas llevan haciendo meses de plató en plató. Y por su actitud en la gala de estreno.

Del programa de este jueves de Supervivientes, el espectador se quedó con el antológico pepinazo que se pegó Leticia Sabater al saltar desde el helicóptero, con las pullas que Gloria Camila le dedicó a Rociito en su vídeo de presentación, con la pérdida de compostura de Paola Caruso -desquiciada perdida, amagando con dejar el concurso antes de empezar- y con los pezones de Juan Miguel que tanto distrajeron al presentador Jorge Javier Vázquez. Y, especialmente, con la relación -sincera o no, en realidad, es lo que menos le importa a la audiencia- de la exmujer de Feliciano López y su madre

Parece que el tándem, que ya sabe bien cómo va esto de la tele, ha decidido optar por la hostilidad. Sin embargo, la actitud que adoptaron en la primera entrega de Supervivientes 2017, especialmente el papel que asumió Alba, no ha gustado nada de nada al espectador que, velocísimo, se lanzó a Twitter para comentar cuan humillante es el trato que la modelo da a su progenitora. La controversia se sirvió ya antes incluso de que las concursantes llegasen a la arena. «Llevamos aquí tres días y son tres días que para mí están siendo una losa -lloriqueaba Alba Carrillo ante la cámara desde una confortable tumbona-. Entonces, me parece injusto que yo tenga menos oportunidades que el resto de mis compañeros. Porque mi madre me está taladrando psicológicamente».

¿Qué quería decir con lo de tener menos oportunidades que el resto de sus compañeros? «Yo no puedo vivir la experiencia con la libertad con la que lo están viviendo los demás -se explicó-. Ya me voy a tener que enfrentar a suficientes cosas como para estar sufriendo por otras». «Que cuando yo digo que es un lastre, es un lastre», remató. Pues si a Alba Carrillo su madre le resultaba ya un estorbo, las cosas se pusieron todavía más feas cuando Lucía le confesó -qué mejor momento para hacerlo que en Supervivientes- que nunca había estado enamorada de su padre

Comenzó todo con una inoportuna pregunta de Leticia Sabater: «¿Sigues enamorada de tu marido como el primer día?». «No, porque nunca lo he estado», respondía Pariente ante la atónita mirada de su hija. «¿Pueden llevarse a la bruja y traer a mi padre?», reclamó ofendidísima Carrillo. «Le quiero como el primer día, pero no he estado enamorada nunca - se justificó Lucía-. Yo eso del amor no lo entiendo, eso es pan para hoy y hambre para mañana y yo quiero pan para todos los días». Pero Alba ya no atendía a razones. 

El numerito estaba montado. Las cámaras de Supervivientes ya eran suyas. Carrillo, furiosa, le espetó a su madre que estaba deseando que se la llevaran a la otra isla. La amenaza de nominación tampoco tardó en llegar a sus labios. Lucía hizo la maleta y una peliculera Alba le espetó que le había destrozado y que le agradecería mucho si se iba. «Vete con dignidad, por favor». «Sabes quién soy, la presión mediática que tengo y lo que significa que tú digas eso, y ya me has cansado, porque si tú no tienes vergüenza y no respetas a mi padre, yo tampoco te respeto a ti», explotó. 

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