La emotiva historia del actor Adam Pearson: De fenómeno de circo a la gran pantalla
Este británico sufre una enfermedad que ha desfigurado su cara, una circunstancia que no le ha impedido hacerse un hueco en la competitiva factoría cinematográfica
El actor y presentador Adam Pearson lleva toda su vida luchando contra los prejuicios de los demás. Actor y productor, a este británico se le conoce como el Hombre Elefante moderno, un calificativo que se ha ganado a causa de la enfermedad que padece. Y es que Pearson sufre neurofibromatosis, una condición genética que provoca la aparición de tumores no cancerígenos a lo largo de las terminaciones nerviosas de su cuerpo.
El caso de Adam Pearson es, si cabe, todavía mucho más duro. Ya que estos tumores se han desarrollado principalmente en su cara. El resultado, un rostro desfigurado, le ha causado muchos problemas a lo largo de toda su vida. Pero a este luchador nunca le ha importado.
Ahora, y con un puñado de historias para contar Adam Pearson se ha decidido a dar un paso adelante y contar toda su historia en un documental de la BBC. Desde las burlas y agresiones que sufría en el colegio hasta el momento en el que recibió una oferta de trabajo en un circo de fenómenos de Estados Unidos, un espectáculo en el que se pasean toda clase de rarezas biológicas ante un público que observa sorprendido.
Pero no todo ha sido un camino de rosas. Durante su infancia, Pearson tuvo que sufrir la crueldad de sus compañeros de clase. Le escupían, le hacían toda clase de burlas y en alguna ocasión hasta llegaron a pisarle la cabeza; y todo ello con el consentimiento de profesores y directores que justificaban las agresiones con que era cosa de niños.
En algunas entrevistas Pearson ha llegado a confesar que cada año, cuando empezaba el curso, él y su madre iniciaban una cuenta atrás para saber los días de sufrimiento que tenía por delante hasta que terminara el colegio. A día de hoy la sorpresa que causa su presencia sigue siendo una constante. Él mismo admite que en su ciudad, Londres, «en raras ocasiones soy invisible». «Las miradas y los susurros no constituyen crímenes de odio, pero hacen que yo tenga que enfrentar a diario los prejuicios e ideas equivocadas de la gente sobre la discapacidad. Se trata de una ofensa criminal en la que la víctima, u otra persona, piensa que tuvo lugar por prejuicios hacia su discapacidad o hacia una discapacidad asumida», relata el Hombre Elefante moderno, que además cuenta cómo por las noches, y con muchos ciudadanos bajo los efectos del alcohol, se multiplican las ofensas y se reduce sustancialmente la educación.
El desprecio de muchos no impidó al Hombre Elefante moderno a sacar adelante una carrera universitaria. Se sobrepuso a los prejuicios y se licenció en administración de empresas en la Universidad de Brighton. Y con el tiempo comenzaron a surgirle un sinfín de oportunidades.
Adam Pearson trabajó en cadenas como la BBC o Channel 4 y hasta participó en la película Under the Skin junto a la famosa Scarlett Johansson. Esta exposición mediática llamó la atención de algunos curiosos y de otros empresarios que vieron en Pearson todo un filón. El dueño de un espectáculo circense de fenómenos, decidió llamarle para que se uniera a la mujer barbuda o el niño lobo y se convirtiera en la versión moderna del hombre elefante, recogiendo así el testigo de Joseph Carey, un hombre que se hizo famoso en el siglo XIX a causa de las malformaciones que le dejó en el cuerpo el síndrome de Proteus.
Tras informarse bien del personaje de Carey y después de recorrer los circos de fenómenos de Estados Unidos, Pearson tomó una decisión. Su primera toma de contacto con esta experiencia fue en el teatro taberna Vauxhall, un lugar en el sur de Londres en el que decidió subirse al escenario para contar su particular historia. Después de ver cómo reaccionaba la gente, Pearson dejó atrás todos sus miedos y se lanzó a devolver la llamada del dueño del circo americano: «Llámeme. Estoy listo para negociar».
El Hombre Elefante moderno tiene un objetivo claro: apoyar con todas sus acciones a aquellas personas con malformaciones u otro tipo de marcas que les convierten en objetivo de toda clase de miradas y prejuicios y concienciar a la humanidad de que la belleza, la que de verdad vale, reside únicamente en el interior.