Un niño escribe a Obama para acoger a Omran, el sirio rescatado en un ataque en Alepo

La imagen de Omran Daqneesh sentado en una ambulancia tras un bombardeo en Alepo se ha convertido en uno de los iconos de la cruenta guerra a la que se enfrentan los sirios en su territorio. Cubierto de sangre y polvo, Omran puso rostro al sufrimiento que miles de niños padecen en sus propias casas. Y su cara, en shock, llegó a este lado del mundo. Para hacer temblar las conciencias de los que aquí vivimos cómodamente. Molestó. Tanto a mayores como a pequeños. Y ejemplo de ello es Alex, un niño neoyorquino de la misma edad que Omran que se quedó tan sorprendido por la imagen del pequeño que decidió tomar cartas en el asunto.

Alex se hizo con la mejor arma que conoce, la palabra, y con ella optó por mandar al presidente Barack Obama, una carta que ya ha tenido fuertes consecuencias. La primera: ofrecer con su inocencia y bondad una lección a todo este cómodo mundo.

«Querido presidente Obama, ¿recuerda al niño que fue recogido por la ambulancia en Siria? ¿Podría ir a buscarlo y traerlo a nuestra casa...? Aparquen en la calle y estaremos estaremos todos esperando con banderas, flores y globos. Le daremos una familia y él será nuestro hermano», comienza una misiva que no solo ha llegado a las manos del mismísimo presidente de Estados Unidos, sino que ha conseguido conmocionarle. 

«Catherine, mi hermana pequeña, cazará mariposas y luciérnagas para él. En mi escuela, tengo un amigo que es de Siria, Omar. Le presentaré a Omar y podremos jugar todos juntos. Le invitaremos a fiestas de cumpleaños y él nos enseñará otro idioma. Nosotros podemos enseñarle inglés, como hicimos con mi amigo japonés Aoto», continúa el escrito de un pequeño que demuestra encontrar fácil solución a esos conflictos a los que muchos líderes llevan tiempo dando vueltas. «Como no traerá juguetes, porque no tiene ninguno. Catherine compartirá con él su peluche azul, yo le prestaré mi bicicleta y le enseñaré a usarla. Le enseñaré a sumar y restar y él podrá usar el pingüino verde de Catherine, que no deja que nadie toque. Muchas gracias, estoy deseando que lleguen», termina la increíble carta.

Conmovido y gratamente sorprendido, Barack Obama ha querido responder personalmente al pequeño Alex. Estas han sido sus palabras: 

«Alex solo tiene seis años y vive en Scarsdale, Nueva York. El mes pasado, como el resto del planeta, quedó conmovido por las desoladoras imágenes de Omran Daqneesh, un crío de cinco años en Alepo, sentado en una ambulancia, en estado de conmoción, mientras intentaba limpiar la sangre de sus manos. 'Jugaremos todos juntos, le daremos una familia y será nuestro hermano', me dijo. Son las palabras de un niño de seis años, un crío que no ha aprendido a ser cínico o desconfiado o temeroso de los otros en función de dónde vienen, qué aspecto tienen o cómo rezan. Deberíamos ser todos más como Alex. Imaginad cómo sería el mundo si lo fuéramos. Imaginad el sufrimiento que podríamos aliviar y las vidas que podríamos salvar».