La lección de una madre a la chica que mandó callar a su hija en pleno vuelo

La mujer publicó un mensaje en su Facebook explicando la situación de la niña, que padece el síndrome de Sturge-Weber

M. P. R.

«Querida chica del vuelo de ayer entre Mánchester e Ibiza. Sentimos que nuestra hija interrumpiera tu precioso sueño pero claramente ella [...] no se sentía al 100%. Como sentiste la necesidad de girarte y gritarnos '¡callad a esa niña!', eso no ayudó a sus niveles de ansiedad, ni a los nuestros al tratar de manejar la situación». Así empieza su carta Nicola Colenso, una madre que experimentó un desagradable encuentro con una pasajera intolerante en su viaje familiar. La mujer, cuya hija Yasmin, de ocho años, sufre una rara enfermedad que afecta a su cerebro, publicó un post en su cuenta de Facebook la semana pasada, con el objetivo de que la joven que le gritó por el llanto de la niña se hiciese consciente de lo injusto que había resultado su comportamiento.

«Tu [...] arrebato no fue útil en absoluto», le recrimina Colenso a la chica en su publicación, que ya ha sido compartida más de 100.000 veces. Según relata en la red social, durante la estancia en el avión que les llevaría a Reino Unido, la pequeña Yasmin comenzó a llorar, despertando a una joven que trataba de dormir en el trayecto. Molesta, la chica les gritó que la callaran, y se mostró intransigente ante las explicaciones de los nerviosos padres. 

«Te explicamos la situación muy educadamente, te pedimos disculpas por si ella estaba causando un problema e incluso preguntamos si podrían moverla», relata la madre. Sin embargo, como respuesta, la familia recibió un nuevo grito: «¡Estoy cansada del ruido y no podéis callarla!», exclamó la pasajera. 

No contenta con eso, la chica insultó al padre de la menor, «delante de ella y de sus otros tres hijos», continuando con su «abusivo» comportamiento, y empeorando la situación para la pequeña. Todo ello en un momento que de por sí ya era lo suficientemente difícil, pues el llanto de Yasmin estaba justificado: la niña padece una extraña afección, el síndrome Sturge-Weber, que deja su huella en la piel, los ojos y el cerebro. «Espero que las redes sociales te ayuden, por este post, [...] a saber que la misma pequeña [...] de ocho años terminó siendo llevada al hospital en ambulancia esa noche al ponerse gravemente enferma», informó la madre, «¿Te las arreglaste para conseguir una buena noche de sueño?», preguntó.

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