«Malas noticias, estoy muerta», la carta de una madre con cáncer que conmovió al mundo

Antes de morir escribió una última misiva para explicarle a su hija que no había perdido la batalla contra la enfermedad


Una carta publicada en un perfil de Facebook el pasado mes de diciembre continúa conmoviendo al mundo. La misiva está firmada por Heather McManamy, una mujer de 36 años que el verano pasado, cuando se enteró de que no le quedaba mucho tiempo de vida, se dedicó a redactar cartas dirigidas principalmente a su pequeña hija, Brianna, de cuatro años de edad, para que tuviera oportunidad de conocerla a través de sus palabras.

McManamy fue diagnosticada con cáncer de mama en abril de 2013 y, tras varias cirugías y tratamientos con quimioterapia, el cáncer se extendió al hígado y los huesos . Una de las mayores preocupaciones de la mujer era no poder acompañar a su pequeña hija en las etapas más importantes de su vida. Así que comenzó a escribirle una carta por cada ocasión especial: su graduación, el día de su boda, el nacimiento de su primer hijo.

Antes de morir, McManamy escribió una carta que su pareja compartió en las redes sociales. Esas últimas palabras, salpicadas con un toque de humor y de ironía, aún se siguen compartiendo en Facebook seis meses después de su muerte.

«Tengo buenas y malas noticias. La mala noticia es que, al parecer, estoy muerta. La buena noticia es que si estás leyendo esto, es que tú no estás muerto (al menos que tengan wifi en el más allá). Sí, lo sé, esto apesta. Es un asco más allá de las palabras, pero estoy tan feliz de haber vivido una vida llena de amor, de alegría y de amigos increíbles. Soy afortunada de decir honestamente que me voy sin remordimientos y después de dedicar cada gramo de energía a vivir al máximo. Los amo a todos, gracias por esta vida maravillosa. Sea cual sea tu religión te pido que respetes a los que no somos religiosos. Por favor, no le digas a Brianna que estoy en el cielo, porque en su mente eso significaría que yo elegí estar en otro lado y por eso la dejé. En realidad, hice todo lo que pude para estar aquí con ella. No estoy en el cielo, estoy aquí. Pero ya no en el cuerpo de mierda que se volvió contra mí. Mi energía, mi amor, mi risa, todos esos recuerdos increíbles están aquí contigo».

McManamy intentó hasta el último momento evitar la compasión de sus familiares cercanos, y lo dejó claro en su carta: «Por favor, no pienses en mi con lástima o tristeza. Sonríe sabiendo que la pasamos súper juntos y ese tiempo fue increíble. Odio a la gente triste. Más que nada, me encanta hacer reír y sonreír, así que por favor, en lugar de insistir en las trágicas palabras de cariño al final de mi historia, ríete de los recuerdos que hemos forjado y la diversión que tuvimos. Por favor, si estás leyendo esto, cuéntale a Brianna historias para que ella pueda saber cuánto la amo y lo orgullosa que siempre estaré de ella. Quiero que le digas a mi hija que no hay nadie que la ame más que su madre. Cada momento junto a ella fue la felicidad total. Y no le digas que perdí contra el cáncer, porque el cáncer puede haber tomado todo de mí, pero nunca se llevó mi amor, ni mi esperanza, ni mi alegría. No fue una 'batalla', solo era la vida, que a menudo es brutalmente aleatoria e injusta. Yo no perdí, ¡maldita sea! La manera en que viví durante años con cáncer es algo que me parece una gran victoria. Por favor, recuerda eso».

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