Salva a su hijo de un batazo en la cara y se convierte en el padre del año
La reacción instintiva de un padre y el buen ojo de un fotógrafo convierten la historia en lo más comentado en Estados Unidos
Redacción
Si mañana una revista muy dada a hacer ránkings a modo de resumen del año eligiera al mejor padre del 2016, Shaun Cunningham tendría muchas posibilidades de ser elegido. Y todo gracias al olfato de fotoperiodista de Christopher Horner, fotógrafo del Pittsburgh Tribune Review, que captó en imágenes el momento en que el instinto paternal de Cunningham salvó la cara de su hijo Landon, de 8 años.
El pasado fin de semana, durante el partido de pretemporada entre los Pittsburgh Pirates y los Atlanta Braves, Shaun Cunningham y su hijo estaban disfrutando de una tarde de béisbol a modo de regalo de cumpleaños para el pequeño Landon. En un momento del juego, Danny Ortiz, bateador de los Pirates, perdió el agarre de su bate, que salió despedido hacia la grada. La acción cogió desprevenido a Landon, que estaba mirando su móvil para mandarle una foto a su madre. Pero Shaun lo vio venir, sacó un poderoso brazo en instinto reflejo y evitó que la madera impactase de lleno en la cara de su hijo.
"A little bruised, but I'll survive" Dad's quick reflexes save the day https://t.co/pcgW7wWMMy w/@Hornerfoto1 photos pic.twitter.com/7bIFRf4jPN
? TribLIVE.com (@TribLIVE) marzo 8, 2016
Todo captado a la perfección por la cámara de Christopher Horner, fotógrafo del periódico local de Pittsburgh desplazado a Florida, donde se disputó el partido. «Hice la foto de un tipo convirtiéndose en héroe. Pero una décima de segundo más, y hubiera sido la foto que nadie querría ver», explicó Horner a los diferentes medios que se pusieron en contacto con él en las últimas horas.
Después de que un bate provocase heridas muy graves a una mujer en el campo de Boston, Fenway Park, el pasado mes de junio, la MLB (la Liga estadounidense de béisbol) pidió a los equipos que pusieran redes para contener episodios similares, en los que el ímpetu del bateador provoque que el agarre de su bate ceda y la madera (aproximadamente un kilo de peso) salga despedida a las gradas. Pero la red no llegaba a donde estaban los Cunningham, que se salvaron de milagro.
«Ocurrió tan rápido que no tuve tiempo de pensar en ello. Cuando me di cuenta de que venía hacia nosotros, especialmente hacia mi hijo, simplemente estiré el brazo e intenté pararlo lo mejor que pude», rememoró Shaun para los medios estadounidenses. «Era la primera vez que Landon acudía a un partido profesional de béisbol, me pidió el teléfono para sacar un par de fotos y mandárselas a su madre y su hermana», explicó Cunningham, que acabó con un serio golpe en el brazo. Su hijo Shaun se dañó el hombro porque el bate rebotó hacia su espalda, pero está bien.