Los hijos de las víctimas del 11-S envían un emotivo mensaje a los afectados por los atentados de París

Los atentados del pasado 13 de noviembre en París desencadenaron una ola de solidaridad y condolencias desde todas las partes del mundo. Pero hay un grupo de personas que ha querido ir un paso más allá porque solo ellos pueden entender el dolor por el que están pasando las familias de las 137 víctimas mortales de la cadena de ataques que sacudió y enmudeció a la capital francesa. Son los hijos de las personas que perdieron la vida en los ataques contra el World Trade Center de Nueva York el 11 de septiembre del 2001.

A través de un conmovedor y emotivo vídeo, cuatro jóvenes que perdieron a sus padres aquel fatídico martes de septiembre han querido transmitir sus vivencias y ofrecer su asesoramiento a los familiares y supervivientes de los atentados de París y hacerles saber que «no están solos».

La idea surgió el mismo día de los ataques. La periodista francesa Eléonor Hamelin estaba con un amigo en el metro en algún lugar entre las calles 96 y 72 hablando de lo que estaba sucediendo en su país, cuando un joven estadounidense se acercó a ellos y les abrazó. Esa muestra de solidaridad hizo que se removiera algo en su interior que le hizo ponerse en contacto con hijos de las víctimas del 11-S para que enviasen sus mensajes de esperanza y apoyo.

Terrease Aiken, Juliette Candela, Francesca Picerno y Joseph Palombo eran solo unos niños cuando los dos aviones se estrellaron contra las torres gemelas causando la muerte de casi tres mil personas, incluyendo a sus padres. Tras los atentados de París han querido echar una mirada hacia atrás y recordar sus experiencias para ayudar, a quienes como ellos, han perdido a sus familiares de una manera tan trágica. Terrease Aiken, que tenía solo ocho años aquel trágico 11 de septiembre, recomienda a los parisinos que «difundan el amor». «Ahora depende de nosotros, porque sabemos lo que hace el odio y la rabia y no queremos que nadie más vuelva a sufrirlo», comenta en el vídeo.

«Yo sé lo que es perder a un padre y verlo en la televisión nacional», comentó Juliette Candela, quien recomendó a los supervivientes de París que no eviten «vivir sus vidas».

Francesca Palermo tenía nueve años cuando perdió a su padre. «Fue asesinado. No se limitó a morir. No fue un accidente de coche, no tenía cáncer. Pero no se puede tener miedo a los terroristas porque ellos tienen que tener miedo de lo que son», explicó.

«Cuando la gente te mira no debe ver la tragedia, tienen que ver esperanza», aconseja Joseph Palombo, que añade que «el mejor ataque a un terrorista es sonreir y amar la vida».