Nadie quería ser Noa

El escritor de la novela en la que se basa la película revela que ningún actor quería ponerse en la piel de su protagonista. Y entonces llegó Ryan Gosling


«No eres como el resto de actores que hay en Hollywood. No eres guapo, no molas, solo eres un tío normal que parece un poco loco». Así, con estas palabras, convenció Nick Cassavetes a Ryan Gosling para interpretar a Noa Calhoun. El resto ya es historia. 1940. Carolina del Sur. Chica rica, chico pobre. Segunda Guerra Mundial. Un verano. Casa abandonada. Una barca, un lago y una tormenta. El diario de Noa se estrenó en el 2004 en Estados Unidos. Un año más tarde llegó a España superando todas las expectativas. La película, basada en la novela de Nicholas Sparks Diario de una pasión, se convirtió en un subgénero en sí misma, en el drama romántico moderno por excelencia.

Desencadenó lágrimas y suspiros. Elevó el listón de las historias de amor. Derritió a las niñas y catapultó a su protagonista, un tipo «normal» con apariencia de «loco», a la categoría de icono de la masculinidad más absoluta. Le dio, además, un agradecido empujón a la carrera de Gosling, quien inmediatamente ingresó en el club de intérpretes más demandados, admirados, imitados, deseados y cualquier otro adjetivo con connotaciones positivas acabado en -ado. El «sí» que el canadiense le respondió a Cassavetes supuso un punto de inflexión en su carrera profesional. Nadó a contracorriente y le salió bien.

El resto de actores convocados enfocaban el asunto desde el mismo ángulo: «Se preguntaban, ¿cuál es la historia de Noa? -revela Sparks-. Es un joven que se enamora y no hace más que esperar a que ella vuelva mientras sigue ahí, enamorado. A todos les parecía que le faltaba carácter y complejidad al personaje». Pero entonces llegó Gosling y comprendió. Y se lo trasladó al público. 

Sin embargo, no todo fue un camino de rosas durante el rodaje, hasta el punto de que el actor estuvo a punto de tirar la toalla. El mayor obstáculo resultó ser su compañera, Rachel McAdams, con quien Gosling no conseguía congeniar hasta que, de tanto intentarlo, acabó  enamorándose de ella. Los protagonistas de El diario de Noa mantuvieron una relación sentimental que duró cuatro años y que dejó para el recuerdo uno de los mejores besos de la historia, en la gala de entrega de los premios MTV del 2012.

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