La alergia al wifi que terminó en tragedia

Jenny Fry sufría una extraña enfermedad, hipersensiblidad electromagnética, que le provocaba cansancio y dolores de cabeza


La trágica historia de Jenny Fry ha reabierto el debate sobre los efectos las ondas wifi en nuestro cuerpo. Esta adolescente de 15 años vivía en Chadlington, al norte de Londres, y fue diagnosticada de hipersensibilidad electromagnética y esta enfermedad rara le provocaba cansancio crónico, dolores de cabeza y problemas de vejiga, según recoge Dailymail

La hipersensibilidad electromagnética se caracteriza según la Organización Mundial de la Salud (OMS) por una variedad de síntomas no específicos que son diferentes en cada persona. Además añade que puede incapacitar a la persona que la sufre pero no tiene un fácil diagnóstico ni una base científica para relacionar los síntomas con las ondas.

El 11 de junio del 2015 la joven decidió quitarse la vida y envió un mensaje avisándole que tenía intención de morir. No podía soportar más el sufrimiento que le provocaban las redes wifi de su entorno, en particular las que había en su instituto, donde pasaba la mayor parte del día. Y todo ello pese a que intentaba colocarse en lugares donde la intensidad era más baja.

Sus padres iniciaron una batalla legal para intentar demostrar que las redes inalámbricas de la escuela, Chipping Norton School, habían agravado sus síntomas y que los responsables del colegio habían actuado de manera negligente y de alguna forma, no habían impedido su muerte. Su madre, Debra Fry, afirmó que eliminaron los routers wifi de su casa y notó mejorías en su salud. «En cuanto Jenny se alejó del router mejoró al instante. Era consciente de lo que estaba pasando, pero no podía hacer nada», explicó la progenitora.

Por su parte, el director de la escuela, Simon Duffy, «la seguridad de Jenny en la escuela era tan importante como la de cualquier otra persona igual que muchos otros espacios públicos, Chipping Norton School sí tiene wifi instalado y los equipos cumplen con los reglamentos pertinentes».

La madre de Jenny arremetió contra los responsables de la escuela y cargó contra las empresas de wifi. Pese a los esfuerzos de los padres, la justicia no falló a su favor y dictaminó que no había sido culpa de nadie.

Perdida la batalla legal ahora han iniciado una campaña para concienciar sobre la hipersensibilidad electromagnética y luchar por la eliminación de la tecnología wifi gratuita en los colegios. Su lucha podría ser larga ya que Reino Unido no reconoce que exista una evidencia de que las ondas electromagnéticas, como el wifi o los pequeños electrodomésticos sean dañinas para la salud, aunque sí las líneas de alta tensión eléctrica.

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