Un policía blanco reclamará la herencia del joven negro al que mató

Argumenta que sufre un trauma por haber matado accidentalmente también a una vecina del adolescente en el mismo incidente

El alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, en un foro sobre violencia ciudadana
El alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, en un foro sobre violencia ciudadana

Un policía blanco reclamará ante la justicia estadounidense la herencia de un adolescente negro al que mató, debido al trauma sufrido por haber matado accidentalmente a una vecina del muchacho en el mismo incidente, informó su abogado.

«El dañado es mi cliente, que se siente horrible de que Bettie Jones esté muerta por las acciones que él se vio forzado a cumplir», dice su abogado, Joe Brodsky. «Esto lo afecta profundamente. Es una carga que llevará por el resto de su vida», agregó.

El tiroteo del 26 de diciembre ocurrió en Chicago mientras las autoridades de esta ciudad tambaleaban por una serie de incidentes de policías acusados de ser demasiados rápidos al apretar el gatillo con sus armas de servicio.

La familia del muchacho muerto, Quintonio LeGrier, de 19 años, ha repetido que no había razón para que la policía abriera fuego al atender una llamada por un altercado doméstico. La familia ya demandó a la ciudad y al policía que lo mató, Robert Rialmo, de 27 años.

La demanda por muerte arbitraria presentada por el padre del muchacho, Antonio LeGrier, argumenta que el adolescente «nunca estuvo en posesión o control de un arma» y que no representaba una amenaza para el agente Rialmo ni para nadie en ningún momento.

Rialmo estaba fuera de la casa cuando disparó contra LeGrier, quien estaba dentro, dice la demanda. Antonio LeGrier también presentó una demanda por arresto arbitrario, luego que la policía se lo llevara para declarar sobre el incidente mientras su hijo agonizaba.

Las autoridades de la ciudad han pedido disculpas por la muerte de Bettie Jones, de 55 años y madre de cinco hijos, pero sostienen que estaba justificado haber disparado contra LeGrier.

Pocos detalles sobre el caso

La ciudad ha revelado pocos detalle sobre el caso, más allá de decir que LeGrier blandía un bate de béisbol cuando recibió los disparos, después de que su padre pidiera ayuda a la policía en horas de la madrugada.

LeGrier, un estudiante de ingeniería que sufría problemas mentales, había llamado al número de emergencia 911 pidiendo ayuda varias veces esa noche, pero ningún patrullero fue despachado a la casa hasta que llamó su padre.

El abogado Brodsky afirmó que el incidente constituye una «doble tragedia, porque mi cliente tenía conocimiento anticipado de que estaba lidiando con un enfermo mental, pudo haber manejado esto de modo diferente».

«Ganarse la lotería»

Las tácticas policiales y el racismo han sido objeto de un debate nacional desde mediados de 2014, cuando comenzaron las protestas en Ferguson, Missouri, por la muerte del adolescente de 18 años Michael Brown a manos de un policía blanco.

El Departamento de Justicia estadounidense está investigando a la Policía de Chicago por el uso de la fuerza después de que otro adolescente negro, Laquan McDonald, de 17 años, recibiera 16 balazos mientras caminaba alejándose de unos agentes.

Brodsky insistió en que este caso no tiene nada que ver con el de McDonald, incidente grabado en video y que condujo a protestas masivas que llevaron al alcalde Rahm Emanuel a despedir al jefe de la Policía de Chicago y a reformar la institución.

«Él no mató como lo mataron a él, él disparó para salvar su vida», dice. «Si alguien está blandiendo un bate de béisbol a un metro sobre ti, tú eres una calabaza», afirma. Brodsky insiste en que la rabia que ha provocado el incidente acabaría si la gente conociera los hechos.

Rialmo, un ex infante de marina que había estado solo tres años en el cuerpo policial, retrocedió cuando LeGrier se le acercaba y repetidamente le pidió que dejara el bate antes de abrir fuego, dice Brodsky.

«El disparo que mató trágicamente a Bettie Jones» atravesó el cuerpo de LeGrier antes de alcanzar a Jones, añade. «No es que disparara una ráfaga de balas. El no podía verla a través de LeGrier, el no sabía que ella estaba allá», concluye.

El agente Rialmo también mostró moderación al disparar solamente seis de las 16 balas que tenía el cargador de su pistola, indica el abogado.  

«Algo que molesta al agente Rialmo y a mí mismo es la manera en que actuó la familia, que presentó una demanda antes del funeral», dice. «Parece que la gente ahora cree que si tiene un miembro de su familia muerto por un oficial de policía equivale a ganarse la lotería (...), desde que la ciudad de Chicago pagó cinco millones de dólares a la familia McDonald esa parece ser la actitud y es una locura», afirmó.

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