«Las Campos» y el precio de la fama

El segundo programa nos permitirá ver el entorno más cercano de madre e hija con la aparición de sus amigas y el mayor protagonismo de «Bigote» Arrocet


El docu-reality Las Campos llegó pisando fuerte a la parrilla de Telecinco, convirtiéndose en uno de los estrenos más importantes del verano con 2,3 millones de espectadores y un 18,7 % de cuota pantalla. Y no solo destacó por su audiencia en televisión, en las redes sociales entró entre los temas más comentados de noche y el hashtag del programa se situó trending topic a nivel global. 

La segunda entrega del programa permite seguir conociendo los entresijos de la vida cotidiana de madre e hija, así como del resto de personas que las rodean. En concreto, podremos ver el entorno más cercano de las Campos puesto que conoceremos el círculo de amistades de ambas.

Así, María Teresa Campos recibirá a sus amigas en casa para echar una partida a las cartas y compartir confidencias. Aprovechará el encuentro, además, para mostrarles algunos de los últimos modelos de la línea de zapatos que lleva su nombre. Terelu Campos, por su parte, sacará provecho a la reunión con sus amigas pidiéndoles que hagan de celestinas y le presenten a un pretendiete. «Tenéis pareja, vuestros maridos tienen amigos ¿no hay ningún amigo para presentarme a mí?», reclama la pequeña de las Campos.

En el anterior programa una de las grandes ausencias fue la del novio de María Teresa, «Bigote» Arrocet. El humorista tan solo apareció en pantalla unos instantes, aunque fueron suficientes para conocer que no comparten habitación y la incompatibilidad de horarios entre ambos. En este capítulo el humorista adquirirá mayor relevancia en la escena del reality. 

Así, podremos ver la convivencia y complicidad de la mediática pareja con momentos comunes en la vida de cualquier mortal como una cena de ambos en un restaurante. Sin embargo, «Bigote» nos ofrecerá escenas un tanto más peculiares como cuando decide pintar un árbol muerto en el jardín para poder conservarlo sin tener que talarlo. Al encontrarse con ese panorama, Mª Teresa se muestra preocupada por la duración del invento: «Oye, ¿pero eso no se te caerá cuando llueva?».

Otro de los momentos importantes será la visita de Terelu a un mercadillo de Madrid con una amiga. Durante su paseo echarán un vistazo a los artículos expuestos en varios puestos, pero la salida se prolongará más de lo previsto a causa de un grupo de fans que le piden fotos y autógrafos. Cuando uno de ellos le dice si le puede dar un beso, Terelu se niega ya que «están chorreando de sudor».  

A raíz de esto, madre e hija comentarán las consecuencias que tiene en su vida cotidiana el reconocimiento público derivado de sus apariciones en televisión. Para Terelu Campos la fama es «la recompensa que uno tiene por un trabajo público, que la gente te conozca, te quiera, te tenga cariño y te admire». Sin embargo, María Teresa tiene una visión menos sentimental y lo entiende «como parte de su trabajo».  

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