Vivir y cocinar a -70 grados

En la zona más fría de la Tierra está la Estación Concordia de la Antártida, la base científica más remota del planeta. Allí viven 13 personas

Carmen Possnig fotografiada en la base Concordia de la Antártida
Carmen Possnig fotografiada en la base Concordia de la Antártida

80 grados bajo cero en invierno y 25 en verano. A su alrededor no hay ningún tipo de animal y las personas más cercanas están a 600 km en la base rusa Vostok. De febrero a noviembre el aislamiento es total porque nadie puede llegar hasta allí. Durante cuatro meses al año no hay luz solar. Es la Base Concordia de la Antártida en la que viven 13 personas. Lo más parecido a astronautas que hay en la Tierra. Aislados del mundo en condiciones inhóspitas. 

El astrobiólogo y glaciólogo francés Cyprien Verseux lleva casi un año viviendo allí y lo cuenta todo en su blog titulado Mars la Blanche. Hace unos días tanto él como una de sus compañeras, Carmen Possing, convirtieron en virales unas impresionantes imágenes. Salieron a intentar cocinar fuera de la base. Estaban a 70 grados bajo cero y este fue el resultado. 

Así es cocinar a 70 grados bajo cero pero ¿cómo es la vida en la base Concordia? Cyprien Verseux detalla en su blog el día a día en la estación. Sobre todo en los meses en los que no se ve el sol, los habitantes de la base sufren el «síndrome de invierno» con diversos grados de depresión, irritabilidad, trastornos del sueño, deterioro cognitivo y un estado de ausencia hipnótica. «El insomnio no ayuda a la niebla mental. A Morfeo no le gusta la altitud: quedarse dormido lleva tiempo, el despertar es frecuente y el sueño es menos reparador», cuenta el biólogo francés. «La piel de las manos y los labios se seca rápidamente, formando placas y escamas y, en algunos lugares, agrietándose hasta la sangre».

Los proyectos de investigación que se desarrolla en la Estación Concordia son muchos y abarcan desde la astronomía a la geofísica pasando por las ciencias atmosféricas y la fisiología humana. «Los proyectos de investigación para los que trabajo aquí son diversos, pero en resumen, contribuyen a comprender el clima pasado, presente y futuro». Pero las misiones de esta base remota van más allá: la Agencia Espacial Europea lo está utilizando para estudiar la adaptación humana a lo que es muy similar a las condiciones futuras de una base lunar o marciana.

Actualmente aquí viven 13 personas: técnicos, científicos, un cocinero y un médico que tiene en sus manos la salud de todos y, a su disposición, desde una sala de dentista hasta a una de operaciones que a nadie le gustaría usar. 

La Agencia Espacial Europea desarrolló un sistema de tratamiento del agua: «el agua proviene de la nieve que derretimos pero, una vez utilizada por primera vez, entra en un ciclo de reciclaje».

Hay un  gimnasio, un pequeño rocórdromo, una sala de vídeo, una biblioteca y una sala de juegos con ping-pong, futbolín o dardos.

Invernar en el Concordia es, lo más cercano que hay en la Tierra, a estar en la Luna. 

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