Las rayas en el cielo y la teoría de la fumigación a la población
El halo misterioso de los conocidos como «chemtrails» desata todo tipo de conjeturas
Cielo despejado y... de repente, unas rayas vaporosas. Se conocen como chemtrails; terreno abonado para las teorías conspirativas que circulan por la Red. La última deriva -que no la única- de las estelas que dejan los aviones en vuelo es que son fumigaciones -eso no es nuevo- dirigidas a la población para perpetrar quién sabe qué tipo de revés a la humanidad. Desde controlar el clima hasta la esterilización.
Las redes sociales han difundido en los últimos días una imagen retocada -en la original el enfoque es bien distinto- de una mujer en una playa que hace entrever el pánico en su gesto ante un cielo saturado por estas supuestas manchas químicas. Bulo. La Guardia Civil ha difundido a través de su cuenta de Twitter esa misma imagen, aclarando que tales indicaciones son falsas: «Si estás tomando el sol y ves que desaparece el cielo azul dando paso a un cielo blanquecino lleno de rayas: Toma fotos o graba el cielo; Avisa a la Guardia Civil o al 112; Y denuncia». Nada de nada.
Sí es cierto que las denuncias por los efectos de los chemtrails no son aisladas y están vinculadas a la aplicación de geoingeniería con aviones para la modificación del clima. Como la técnica de siembra de nubes, pero muy lejos del planteamiento paranoide que se ha convertido en viral.
El año pasado, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) aclaró que la legislación en España, «consciente de la importancia de este tema», estableció «unos procedimientos muy claros para regular cualquier tipo de actuación que implique modificación artificial del tiempo». Salía así al paso de las acusaciones que apuntaban a la agencia de estar detrás de las «avionetas anti-lluvia» que afectarían al clima. «Aemet no es competente en la investigación sobre si se realizan vuelos con el cometido de sembrar las nubes para impedir las precipitaciones y hacer que dichas nubes desaparezcan, por tanto no estamos al corriente de si se llevan a cabo dichas actividades». Pero, en todo caso, precisaba: «Las actividades sobre modificación artificial del tiempo que se llevan a cabo en más de 50 países y cuyo estado se recoge en los informes periódicos realizados por el comité de expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), van encaminadas al incremento, modesto, de la cantidad de precipitación; a la reducción de los daños asociados y del tamaño del granizo y a la disipación de nubes muy locales en determinados aeropuertos o vías importantes de circulación».
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