«Gran Hermano 17»: La audiencia pide la expulsión inmediata de Jorge Javier Vázquez

La actitud del presentador y las malas cifras que arrastra el «reality» han provocado que muchos seguidores del programa pidan la sustitución del conductor para intentar salvar el formato


Cuesta abajo y sin frenos. Así camina Gran Hermano por el competitivo mundo de la parrilla televisiva. La que antaño fue la gallina de los huevos de oro para Telecinco está empezando a desprender un olorcillo a podrido. No acaba de cuajar. Los seguidores de Gran Hermano no lo ven claro. Y las cifras de audiencia tampoco. 

De nada sirven todas las estrategias a las que la dirección del programa ha echado mano. Gran Hermano 17 es probablemente una de las peores ediciones de la historia. Tampoco vale el cásting. Gritos y tramas enrevesadas no sirven para animar a los más alicaídos.

Porque desde el inicio de esta edición del reality, los números solo han anotado récords de color rojo. Hacia abajo. Gran Hermano 17 está de capa caída. En la gala de arranque, la que reúne a más curiosos frente a la pantalla pequeña se sentaron frente al televisor 2.557.000 de espectadores, un millón menos que en años anteriores. Y la cosa no mejoró. Una semana después, el share bajó todavía más, hundiéndose en la parrilla y siendo superada incluso por la serie Águila Roja. Pero no solo las galas de los jueves están en entredicho. Los sucedáneos del reality no consiguen animar el cotarro. El programa que cada domingo y cada martes conduce Jordi González, con la ayuda de Lara Álvarez, también consiguió su peor estreno y con el paso de los días tampoco consigue mejorar. Los directivos de la cadena, conscientes de la que se les venía encima, sacaron la artillería pesada. El ContraClub llegó con tanta celeridad como con la que se apagó. Unas pocas horas después de estrenarlo tuvo que echar el cierre. 

¿Qué pasa en esta edición? ¿Qué es lo que no funciona? ¿Qué es lo que está lastrando al programa que tantas alegrías dio a Vasile y a los suyos?

Algunos seguidores de Gran Hermano ya han colocado en el ojo del huracán al que consideran el principal culpable de que el programa viva sus horas más bajas. Las cosas no pintan bien para Jorge Javier Vázquez. Twitter y Change.org aunaban fuerzas para pedir la expulsión inmediata del presentador del espacio. La red social del pajarito se convirtió anoche en el foro de todos aquellos que criticaban a un presentador que no acaba de encontrar su sitio en el reality de Mercedes Milá.

La forma de Jorge Javier Vázquez de conducir el programa no ayuda. Los seguidores de Gran Hermano critican la postura del presentador, que piensa que GH es un Supervivientes o un Sálvame más. Falta de naturalidad, prepotencia, despotismo son solo algunas de las medallas que le cuelgan. Eso, aderezado con sus continuos intentos de dirigir a los concursantes han hecho la mezcla perfecta para convertirse en foco de las críticas.

Dicen los seguidores más fieles que todos los recursos que Jorge Javier utiliza cada noche son parecidos a los que Mercedes Milá echaba mano en sus buenos tiempos. Pero hay una gran diferencia entre uno y otro. Las formas. La elegancia. Y el estilo. Jorge Javier no es Mercedes Milá, y en su boca los comentarios parecen más hirientes y bastante más polémicos. Ella era capaz de empatizar con los espectadores. Él todavía no ha conseguido tan siquiera engancharles. Es difícil que Gran Hermano sobreviva a una maestra de ceremonias como la Milá. El reality estaba hecho para ella, y ella estaba hecha para el reality.

Cargar a Jorge Javier Vázquez con toda la responsabilidad no es justo. A lo mejor Gran Hermano ha empezado ya su lógico camino hacia el deceso. O a lo mejor lo que ha funcionado durante diecisiete años necesita un lavado de cara que vaya más allá del director de orquesta. Por ahora, y a pesar de que las peticiones de cese se multipliquen por las redes, Jorge Javier Vázquez seguirá siendo la apuesta firme de la cadena para llevar las riendas de la que antaño fue su gran alegría.

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