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El racismo con una propina en EE. UU. indigna a las redes

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La Voz

«Tuve que mirar tres veces el recibo de la cuenta, me quedé impactada», declaró la camarera de un restaurante de Virginia

12 Jan 2017. Actualizado a las 13:48 h.

Para Kelly Carter, camarera en el restaurante de comida mexicana Anita's, en Ashburn (Virginia), era un día de trabajo como otro cualquiera. Acababa de despachar a una pareja de clientes cuando, al mirar la cuenta, se quedó de piedra. Los comensales habían pagado los 30,52 dólares que costaba su desayuno: café y burritos. Sin embargo, al contrario de lo que es habitual en Estados Unidos, no dejaron propina.

En su lugar, escribieron un mensaje de lo más racista en la cuenta: «Buen servicio, pero no damos propinas a los negros». Al verlo, la trabajadora afroamericana no se lo podía creer. «Tuve que mirar tres veces el recibo, me quedé impactada», señaló Carter a un medio local.

En EE. UU. los camareros reciben un salario base generalmente bajo, de modo que las propinas son un estándar que contribuye a inflar los salarios de estos trabajadores, como una especie de tabla de salvación. Así, más que una compensación extra por el servicio prestado se consideran algo obligatorio. 

La Asociación Nacional para el Progreso de las Personas Negras (NAACP por sus siglas en inglés) se hizo eco enseguida de lo ocurrido y publicó una imagen del recibo de la cuenta en Twitter a modo de denuncia.

Inmediatamente, los usuarios de las redes sociales se indignaron y mostraron su apoyo a Kelly Carter, muchos de ellos a través de la página de Facebook del restaurante, donde algunos clientes también alabaron de manera especial el servicio de la trabajadora. Otros comentarios enlazaban la noticia mencionando directamente al presidente electo Donald Trump por sus declaraciones racistas. «Bienvenidos a los Estados Unidos de Donald Trump» o «Trump aprobaría algo así» fueron solo algunos mensajes publicados al respecto en las redes.

Pero la respuesta no solo se quedó en las redes sociales. La repercursión fue tal que muchos clientes del restaurante se volcaron en dejar propinas a la camarera. En declaraciones a los medios, la trabajadora aseguró que le «gustaría» que los clientes que escribieron el mensaje «regresasen y servirles de nuevo». «Un comentario de odio no me hará cambiar», subrayó.


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